El Gobierno y los bodegueros de España han apelado a que la Comisión Europea (CE) evite que Irlanda implemente un etiquetado para las botellas de vino que alerte de que su consumo es «nocivo», ya que rompe el mercado único y afecta a las exportaciones, que en 2021 alcanzaron los 33,1 millones de euros.

La normativa que está reglamentando Irlanda, sigue un modelo similar al precinto que avisa de los efectos perjudiciales del tabaco.

Afecta a todas las botellas de bebidas alcohólicas, incluido el vino, que tendrán que llevar una etiqueta que alerte de que su consumo es «nocivo para la salud».

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación Luis Planas, ha dicho este lunes a la prensa en Bruselas que hay que «preservar el mercado único» y le ha pedido a la CE que se pronuncie acerca de este tema.

Planas ha expresado que «evidentemente» respeta la competencia de los Estados miembros en materia de salud, pero que en el caso del etiquetado del vino se está reglamentando «un mercado agroalimentario y un producto agroalimentario incluido en el anexo 1 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea como alimento».

Italia también se ha manifestado sobre este polémico etiquetado y este mismo mes su vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, ha anunciado que pedirá a la Comisión Europea (CE) que intervenga y que solicitará la intervención de las autoridades comunitarias en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

A este respecto, Planas ha indicado que si bien sabe que algún Estado miembro ha anunciado su intención de llevar el asunto ante la OMC, considera que se trata de «un tema de familia europea» y que hay que resolver en ese contexto.

«Cualquier aproximación unilateral, sinceramente, no me parece adecuada», ha concluido sobre este aspecto.

UN MERCADO «IMPORTANTE» PARA ESPAÑA

Los bodegueros españoles, agrupados en la Federación Española del Vino (FEV), han indicado a Efeagro que este etiquetado en Irlanda supone una «ruptura del mercado único» y que dificultará «mucho» las exportaciones.

Así se ha expresado el director general de esta entidad, José Luis Benítez, quien ha añadido que, además, el hecho de tener que elaborar una etiqueta diferente para ese mercado supone un gasto añadido para las bodegas, que en su mayoría son pymes.

Irlanda ocupa el puesto número 16 en el ranking de destinos de las exportaciones de vino españolas por valor, según los datos del año 2021, cuando España facturó 33,1 millones de euros por las ventas realizadas a este país (un 0,3 % más que en 2020).

El representante de los bodegueros españoles ha recordado que este etiquetado en Irlanda se ha desarrolla a partir de una ley que ese país aprobó en 2016, y que la FEV lleva desde entonces denunciando que supone la imposición de forma unilateral de una norma nacional al resto del mercado europeo.

En aquel momento, 12 países de la UE se pusieron en contra de esta normativa europea pero la CE no les tuvo en consideración, ha criticado Benítez.

«La CE se ha puesto de perfil», ha lamentado Benítez, que no obstante dice que seguirán pidiendo a este organismo «que haga algo» porque «lo puede hacer».

Por su parte, el portavoz de la Sectorial Vitivinícola de Cooperativas Agroalimentarias de España, Juan Fuente, ha opinado que la propuesta de Irlanda de incluir en todas las botellas de bebidas alcohólicas, incluido el vino, una etiqueta que alerte de que su consumo es «nocivo para la salud», es un «ataque frontal al sector y al consumo del vino».

«Los productores, como garantes de la esencia de la producción de este producto y de la dieta mediterránea no podemos estar de acuerdo con esta normativa», ha señalado a EFE Fuente, para quien es «tremendo» que un país de la Unión Europea fije unilateralmente unas reglas de etiquetado.

«Estamos en contra de que al vino se le maltrate y se le iguale con otras bebidas alcohólicas, como las espirituosas» ha subrayado el portavoz sectorial de la organización cooperativa.

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