Juan Rafael Leal, presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía, es está precisamente optimista. Reconoce que 2019 fue un mal año pero «el balance del año 2020 será posiblemente peor», marcado por «unos precios más bajos, más excedentes y unos aranceles impuestos por nuestro principal mercado fuera de la Unión Europea». Asimismo, ha dejado clara su postura sobre la polémica de la Ley de la Cadena Alimentaria de pagar por encima de costes, destacando que «la federación nunca dijo que se oponía a una ley que defiende precios dignos. Todo lo contrario. Compartimos el espíritu de la norma, siempre y cuando sea el Ministerio de Agricultura el que fije estos costes, porque de lo contrario las zonas productoras andaremos a la gresca». Aunque a continuación matiza que «lo que está claro es que el sector en su conjunto sabe que la ley es inaplicable en los términos planteados ahora mismo».
Tampoco es optimista ante la propuesta de la Política Agraria Común. «Esta PAC huele a desastre, máxime en el momento en el que nos encontramos. La propuesta de recortar en un 10% el presupuesto denota el poco interés que tiene Bruselas por la única política verdaderamente común», aunque, de momento, resta importancia a la propuesta de limitar en 100.000 euros los pagos porque «en cada reforma se habla del capping y en esta no iba a ser menos.». Aún así, puntualiza que «carece de sentido que se aplique un recorte a aquellas cooperativas que concentran la oferta para ser más competitivos».
Sobre las tensiones que se están creando con Accoe no se moja, pero destaca que «debemos seguir trabajando en ganar dimensión para abordar mercado y profesionalizar la comercialización de la materia primera, puesto que no es normal que el sector tenga los precios estancados desde hace 20 años».
Pregunta.- 2019 no ha sido un año fácil, con una caída del 7% en la facturación global de Cooperativas de Andalucía. ¿2020 se presenta igual, peor o mejor?
Respuesta.- Pues creo que, sin temor a equivocarme, el balance del año 2020 será posiblemente peor. Si en 2019 el descalabro vino, fundamentalmente, por los precios del aceite de oliva, la campaña 2019-2020 está resultando aún más complicada que la anterior, con precios más bajos, más excedentes y unos aranceles impuestos por nuestro principal mercado fuera de la Unión Europea, como es Estados Unidos, los cuales nos están expulsando de allí, al tiempo que está afectando de forma generalizada a las cotizaciones. Por tanto, teniendo en cuenta que el aceite de oliva y la aceituna vienen a representar entre un 35% y un 40% de la facturación global de las cooperativas, el cierre de 2020 no pinta nada bien.
A todo ello, hay que sumar que las frutas y hortalizas también están acusando un descenso en su rentabilidad, aunque no tan notorio, y que otros sectores como los ganaderos, que en 2019 mejoraron, este 2020 acabarán posiblemente con retroceso como consecuencia del cierre del canal Horeca y del descenso en la comercialización de los productos de mayor valor añadido.
P.- Y ¿qué debe cambiar para que se recupere la rentabilidad en el campo?
R.- Demasiadas cosas. Es cierto que en estos momentos confluyen multitud de factores que están provocando la tormenta perfecta y las movilizaciones de los agricultores y los ganaderos al límite. Me refiero a campañas con mucha producción, a los aranceles, al coronavirus y su impacto en la restauración, así como en los hábitos de los consumidores, etc. Sin embargo, es cierto también que estas situaciones nos están demostrando que el sector en su conjunto y nuestros representantes políticos no pueden caer en el conformismo. Entre todos, debemos tratar de ir por delante de los acontecimientos y una cosa está clara: España es una potencia exportadora, la cuarta de Europa y la octava del mundo en agroalimentación.
Por tanto, hay que seguir abriendo mercados y proteger nuestras producciones, algo que no se está haciendo o no como debería hacerse, y aprovechar la futura PAC para reforzar y no para desmantelar la única política realmente común de la Unión Europea. Si queremos seguir produciendo y ofreciendo productos de calidad y con todas las garantías sanitarias, a precios asequibles para todos los consumidores, la PAC debe apoyar económicamente al sector, no recortar presupuestos y multiplicar las exigencias, que es lo que se pretende, y requerir los mismos controles a las producciones extracomunitarias.
“NO PARECE JUSTO QUE AGRICULTORES Y GANADEROS ESPAÑOLES TENGAN QUE VENDER A UN DETERMINADO PRECIO, MIENTRAS SIGUE ENTRANDO PRODUCTOS A PRECIOS MUCHO MÁS BAJOS”
P.- Una de las cuestiones más polémicas sobre los precios justos es la decisión de obligación de pagar un precio por encima del coste. Ante este tema, Cooperativas de Andalucía fue la primera en oponerse a esta medida. ¿Se ratifican en esta decisión o fue algo precipitado?
R.- La federación nunca dijo que se oponía a una ley que defiende precios dignos. Todo lo contrario, desde hace años exigimos una normativa que permita cubrir los costes de producción. En Cooperativas Agro-alimentarias compartimos el espíritu de la norma, siempre y cuando sea el Ministerio de Agricultura el que fije estos costes, porque de lo contrario las zonas productoras andaremos a la gresca y se beneficiarán aquellos cuyos costes de producción sean más bajos, mientras que las producciones menos competitivas se quedarán sin salida.
Por otra parte, tampoco parece justo que agricultores y ganaderos españoles tengan que vender a un determinado precio, mientras sigue entrando producto marroquí, sudafricano o tunecino, por citar algunas nacionalidades, a precios mucho más bajos, porque su mano de obra es más barata y, por tanto, sus costes de producción son mucho menores, por lo que no se cumple el principio de reciprocidad.
Por todo ello, pedimos al ministro Luis Planas que se siente con el sector y trabaje en una norma que acorte la diferencia entre productores y distribución para que nuestros agricultores y ganaderos obtengan unos precios dignos por sus producciones.
P.- ¿Hay unidad dentro de Cooperativas sobre la postura ante esta medida? Da la impresión de que no todos respaldan un rechazo claro a la medida, aunque hay otras que poco menos han anunciado la muerte del sector si se aplica….
R.- Hay unidad. Quizás la estrategia sobre cómo llevar a la práctica la ley sea distinta para cada sector, pero todos queremos una norma que garantice una cadena alimentaria más equitativa. Lo que está claro es que el sector en su conjunto sabe que la ley es inaplicable en los términos planteados ahora mismo.
P.- No solo de precios vive el campo, sino también de la PAC. Cómo analiza la aprobación del dinero destinado por Europa.
R.- Esta PAC huele a desastre, máxime en el momento en el que nos encontramos. La propuesta de recortar en un 10% el presupuesto denota el poco interés que tiene Bruselas por la única política verdaderamente común. Creo que quienes toman las decisiones en Europa están alejados del día a día de los productores y que tienen más presente las relaciones con terceros países que la defensa de su propia autosuficiencia alimentaria; de hecho, cada acuerdo bilateral que firma supone un varapalo para el sector agroalimentario, ya que se prima la posición de la producción extranjera. Se están centrando en relaciones internacionales y climáticas, que no digo yo que no sean necesarias, pero se están olvidando de que las explotaciones tienen que ser rentables, de que los sectores necesitan mecanismos de autorregulación ágiles, de que el campo necesita dignificación y relevo, y de que agricultores y ganaderos españoles estamos cansados de ver cómo se incrementan nuestras exigencias con estrategias como la de Biodiversidad o la de la Granja a la Mesa, y con ellas los costes de nuestros productores, mientras que, por el contrario, se da manga ancha a los de terceros países, ajenos a todo control. Este tipo de medidas van a provocar que no seamos competitivos frente a terceros países y pueden abocar al agro europeo a su desaparición.
La crisis del Covid-19 ha demostrado dos cosas: que el sector agroalimentario es esencial y que Europa puede sacar presupuesto para lo que considera que es necesario. Por tanto, creo que se debería reflexionar sobre ello y, ante tantas amenazas internas y externas como tenemos, blindar más que nunca la PAC.
“DEBEMOS GANAR DIMENSIÓN PARA ABORDAR MERCADO Y PROFESIONALIZAR LA COMERCIALIZACIÓN DE CEREAL; NO ES NORMAL QUE HAYA PRECIOS ESTANCADOS DESDE HACE 20 AÑOS”
P.- Un tema polémico para ustedes es el límite de 100.000 euros en los pagos, ¿puede ser un duro golpe o es asumible?
R.- ¿Polémico para nosotros? No tengo yo constancia de que Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía haya opinado sobre este asunto, aunque ya que me pregunta, le diré que en cada reforma se habla del capping y en esta no iba a ser menos. Hay que analizar todos los modelos. Por ejemplo, tenemos muchas cooperativas federadas que son perceptoras de esta ayuda porque gestionan las tierras de sus socios. Por tanto, carece de sentido que se aplique un recorte a aquellas cooperativas que concentran la oferta para ser más competitivos.
8.- Y otra cuestión complicada es el papel de las CCAA, ya que cada uno reclama lo que le beneficia. ¿Es justificable esta postura o se debería planificar el Plan Estratégico de una forma más global, más a nivel nacional?
R.- Es pronto para abordar el debate entre comunidades. No obstante, no estoy de acuerdo con que cada comunidad reclame lo que le beneficie. Hay que respetar los derechos históricos y buscar un equilibrio entre territorios, pero lo que no podemos pretender es vestir un santo para desvestir otro. Cuando llegue el momento, lo primordial será defender el presupuesto que actualmente tiene Andalucía, y para ello tenemos que trabajar de forma conjunta con las organizaciones agrarias y la Junta de Andalucía. Lo que tengo claro es que desde nuestra comunidad debemos seguir defendiendo lo nuestro para mantener nuestro potencial exportador, y para ello la intensidad de las ayudas procedentes de la PAC no puede mermar.
P.- Y una última cuestión sobre la PAC, ¿qué postura defiende Cooperativas sobre la posibilidad de restringir o limitar las ayudas a las personas que se han jubilado?
R.- Entrar en detalles de la PAC cuando no sabemos el presupuesto global ni el que le corresponde a Andalucía es generar expectativas sin una base real.
P.- En plena campaña del cereal y con tensiones en los precios, y con la propia Accoe, Cooperativas reclamaba un mayor papel como comercializadora. ¿Está llegando un momento de cambio en el sector o solo es un ajuste temporal?
R.- Está claro que el papel que están jugando las cooperativas en el sector cerealista es cada vez más importante. En cualquier caso, debemos seguir trabajando en ganar dimensión para abordar mercado y profesionalizar la comercialización de la materia primera, puesto que no es normal que el sector tenga los precios estancados desde hace 20 años, a pesar de que España es un país deficitario en cereales. Y, por supuesto, debemos seguir impulsado la I+D+i, como hacemos desde hace años de la mano de Agrovegetal, empresa de origen cooperativo que se dedica a la mejora genética de la semilla y busca variedades adaptadas al clima andaluz para mejorar y maximizar la calidad de nuestros trigos.