El seguro de cítricos está en el ojo del huracán esta campaña. Por eso, el director territorial de Levante de Agroseguro, Manuel González Corral, ha aclarado, en una entrevista para Agroinformación, que no se va a hacer una «nueva redacción de coberturas, sino un ajuste dirigido a la revisión y al perfeccionamiento de esta línea de seguro con un objetivo claro: mantener la viabilidad», a la vez que defiende que «la suficiencia de prima es una garantía para la viabilidad del seguros de cítricos».

P.- Pese a las críticas iniciales, Agroseguro ha aceptado aplazar al próximo año la nueva redacción de coberturas en el seguro de cítricos, ante la crisis de precios del sector. Es un gesto al sector o una necesidad para no perder coberturas….

R:- Actualmente, este seguro se encuentra en una situación de desequilibrio técnico y es preciso, tal y como procede en estos casos, efectuar un ajuste de las tarifas, con el objetivo de alcanzar unas primas suficientes que garanticen, en última instancia, el conjunto de las obligaciones derivadas de los contratos de seguro, principalmente el pago de la indemnización tras un siniestro.

En definitiva, no se trata de una nueva redacción de coberturas, sino de un ajuste dirigido a la revisión y al perfeccionamiento de esta línea de seguro con un objetivo claro, mantener la viabilidad de esta línea de seguro y del sistema.

P.- Para este año está previsto solo la subida del 50% de las tarifas propuestas. ¿Es suficiente para aliviar la situación económica del sector citrícola?

R.- A día de hoy, varias zonas de España presentan una desviación en el seguro. Esta situación se debe, principalmente, a dos razones:

Por un lado, hay tres comarcas en la provincia de Murcia y una en la de Almería que vienen provocando importantes y reiteradas perdidas en el riesgo de viento, situando la ratio de siniestralidad en los cultivos de limón y naranja en un 190% de siniestralidad.

Por otro lado, se han constatado las zonas donde existe un desequilibrio importante en los riesgos de viento, helada y resto de adversidades climáticas, con el objetivo de actualizar las tarifas. En concreto, se han seleccionado ámbitos y cultivos en los que el coeficiente del seguro para todos los riesgos presenta un desequilibrio superior al 10% de cara a ajustar, individualmente, cada uno de ellos, es decir, no se trata de un ajuste general. Esta revisión de tarifas, que solo se plantea para comarcas y cultivos con insuficiencia global de primas para todos los riesgos superior al 10%, y que se traduce en incrementos de tasa solo de los riesgos citados y de forma muy inferior a la desviación que presentan, producirá incrementos muy distintos según comarcas y cultivos. Para este año, el incremento medio de las tarifas es del 1,59%. En la Comunidad Valenciana –principal zona productora- supone un aumento del 0,32%, que afecta, únicamente, al 18% del total de la comunidad autónoma.

En definitiva, estos ajustes mejoran la situación, pero no corrigen totalmente el fuerte desequilibrio existente, debido a los efectos que provocan las extremas condiciones climáticas.

P.- ¿Una solución real a estos incrementos en el seguro de cítricos puede basarse, como piden algunas organizaciones, en una mayor implicación económica de la Comunidad Autónoma?

R.- El sistema de Seguros Agrarios Combinados, con 40 años de experiencia, se ha consolidado como uno de los más desarrollados del mundo y es referente internacional. Su éxito radica, entre otras cosas, en su modelo de participación público-privada, cuya importancia se ha puesto de manifiesto, especialmente, en los dos últimos años, de elevada siniestralidad.

Los riesgos que cubren los seguros agrarios se caracterizan por su irregularidad, lo que hace totalmente inviable que la cobertura de estos riesgos sea asumida de forma individual. Es por eso que la contratación de los seguros se realiza a través de un pool de entidades aseguradoras -21 entidades privadas-, que son quienes, entre todas, asumen el riesgo.

El sistema dispone, además, de un reaseguro privado y de un potente reasegurador público: el Consorcio de Compensación de Seguros. Por otra parte, todas las Administraciones están muy comprometidas con el apoyo al seguro agrario y están haciendo muchos esfuerzos por seguir contando con este sector en sus presupuestos.

La cofinanciación del seguro entre el agricultor y las Administraciones públicas –a través de subvenciones a las primas– es imprescindible, y hay que seguir apostando por este modelo, incluso incrementando los actuales porcentajes de subvención, dentro de los límites establecidos por la Unión Europea en la normativa de ayudas de Estado.

Desde Agroseguro, manifestamos nuestra predisposición a colaborar con todas las Administraciones Públicas, así como con el sector, en aras de la optimización de las coberturas y de los precios del seguro y de su adecuación a las necesidades de los productores.

P.- Aunque ha habido ese retraso, ¿qué nuevas coberturas se plantean para el sector de los cítricos de cara a la próxima campaña?

R.- Entre las actuaciones más próximas a futuro, hay que destacar el estudio de los finales de garantías de algunas variedades de cítricos, con el objetivo de ajustarlos al calendario de recolección de cada uno de los cultivos.

Además, se prevé el estudio de la valoración de los daños en el campo por los riesgos de viento, helada y pedrisco, así como la conveniencia de continuar con la cobertura excepcional de extensión de garantías para el riesgo de pedrisco.

P.- ¿Agroseguro es lo más parecido al amor? Por aquello de ni contigo ni sin ti…

R.- Los agricultores y ganaderos son cada vez más conscientes de la importancia de contar con un seguro agrario, ya que se trata del mejor escudo frente a las adversidades climáticas.

En los últimos años, la climatología española viene marcada por la gran variabilidad e intensidad con la que se producen los fenómenos meteorológicos, provocando daños intensos en las cosechas.

Por eso, ante este contexto de creciente incertidumbre que se plantea, el seguro agrario se consolida como la mejor herramienta para la gestión de los riesgos no controlables por los productores, cuya función es generar tranquilidad a los asegurados, así como garantizar la viabilidad económica de las explotaciones agrarias.

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