Un grupo de agricultores impidió en la noche del jueves el desembarco del ministro alemán de Economía y vicecanciller Robert Habeck, que regresaba de sus vacaciones en una isla en el norte del país, en una acción de protesta por los planes de recortar subvenciones al sector agrario.

Habeck ofreció recibir en el barco a algunos representantes de los agricultores para oír sus argumentos pero estos rechazaron la oferta y el ministro tuvo que regresar a la isla de donde venía a donde sólo pudo volver en la madrugada.

El Gobierno alemán ha condenado la acción de protesta como algo que va en contra de las reglas de la convivencia democrática.

«El bloqueo de la llegada del ministro Robert Habeck es vergonzoso y atenta contra las reglas de la convivencia democrática. Pese a toda la comprensión que se pueda tener ante la cultura de la protesta no se puede ser indiferente ante ese deterioro de las costumbres políticas», dijo el portavoz del Gobierno, Steffen Hebestreit en su cuenta de X.

La ministra de Exteriores, Annalena Baerbock, también condenó la acción al igual que sus colegas de Agricultura, Cem Özdemir, y Justicia, Marco Buschmann.

«La democracia vive de la confrontación de los argumentos. Allí donde las palabras se reemplazan con acoso y los argumentos con violencia se rebasa una frontera democrática», dijo Baerbock en su defensa al ministro alemán.

El Gobierno alemán había planteado un recorte de las subvenciones agrarias como parte de las medidas de ahorro a las que se ha visto obligado por una sentencia del Tribunal Constitucional (TC) que prohibió el uso de autorizaciones de crédito recibidas durante la pandemia para financiar programas de transformación energética.

Entre tanto el Gobierno había dado marcha atrás a parte de los recortes ante una ola de protestas de agricultores.

El Gobierno tendría la alternativa de pedir al parlamento que declare perturbado el orden macroeconómico lo que le permitiría suspender el llamado freno a la deuda, la regla fiscal anclada en la constitución que determina que el déficit no puede superar el 0,35 por ciento del PIB.

(Foto: jungefreiheit.de)

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