Prescindir de los pesticidas químicos aún no es posible pero reducir su uso y sustituirlos por el uso combinado de microorganismos del suelo no sólo potenciaría el crecimiento de las plantas, sino que además reforzaría su sistema inmune, según un estudio publicado en Scientific Reports.

El trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Sheffield (Reino Unido), ha demostrado que la asociación de diferentes tipos de microorganismos del suelo, como hongos o bacterias, en los cultivos es beneficioso para las plantas, es decir, «son una buena alternativa» al uso de pesticidas, explica a Efe Alejandro Pérez de Luque, científico coautor del estudio, quien insiste en que la asociación entre microorganismos y plantas no es algo nuevo.

«Los hongos y bacterias movilizan los nutrientes del suelo que no están disponibles para las plantas», es decir, les facilitan un tipo de alimento que sin su ayuda no podrían adquirir pero, además, son capaces de «estimular el sistema inmunológico de las plantas haciendo que estén más preparadas frente a ciertos patógenos», destaca Pérez de Luque.

A su vez, las plantas proporcionan nutrientes al hongo, «normalmente azúcares», puntualiza.

el trabajo ha descubierto cómo las reacciones defensivas del trigo aumentan mucho más cuando está combinado con los dos microorganismos en simbiosis

Sin embargo, hasta ahora la mayoría de los estudios sobre esta asociación simbiótica se han llevado a cabo con un tipo de microorganismo a la vez. Este estudio, en cambio, realizado por los grupos de los profesores Duncan D. Cameron y Jurriaan Ton, ambos de la Universidad de Sheffield, utiliza dos microorganismos distintos en cultivos de trigo: un hongo micorrizótico (Rhizophagus irregularis) y una rizobacteria (Pseudomonas putida).

Los científicos han visto que la presencia de ambos organismos en el suelo, no sólo beneficia a la planta, sino que el hongo y la bacteria son capaces de interactuar positivamente entre ellos: el hongo recluta y favorece el crecimiento de esta bacteria frente a otras, lo que origina cambios en las poblaciones bacterianas de las raíces de la planta.

«Hemos visto que, cuando están asociados, se potencia aún más su efecto individual. La bacteria y el hongo estimulan las defensas pero juntos tienen un efecto de sinergia: la suma de ambas acciones es mucho mayor que por separado», subraya el científico cordobés.

«Nuestro trabajo analiza cómo interactúan ambos organismos. Cómo el hongo atrae las poblaciones de bacterias y cómo además los dos microorganismos combinados aumentan las defensas del trigo».

De hecho, el trabajo ha descubierto cómo las reacciones defensivas del trigo aumentan mucho más cuando está combinado con los dos microorganismos en simbiosis.

«El hongo altera la comunicación química de la planta y atrae y retiene (preferentemente) a unas bacterias sobre otras que no serían tan beneficiosas o incluso podrían ser perjudiciales para el cultivo», aclara el investigador español.

El trabajo, es un paso más hacia el fin del uso de pesticidas, porque «nos guste o no todavía dependemos mucho de ellos» pero este estudio «abre una vía muy buena para demostrar que efectivamente estos productos que ya se aplican en el campo -como biofertilizantes- se pueden usar como fitosanitarios o en sustitución de los pesticidas tradicionales».

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