La concreción de lo que pueda ser la futura reforma de la PAC, en especial marcada por los recortes financieros marcados por el Brexit y los cambios de filosofía centrados en la sostenibilidad y el respeto del medio ambiente, sigue siendo un camino de espinas para el sector agrario, que ve cómo cada día hay un elemento nuevo en el debate. El último en posicionarse ha sido Ee Tribunal de Cuentas de la Unión Europea (UE), que ha advertido de que el plan de pago básico a agricultores (BPS), introducido en la reforma de la Política Agraria Común (PAC) de 2015, tiene “fallos inherentes”.

Los auditores consideran que aunque el programa de pago básico se encuentra en funcionamiento, sus niveles de «simplificación, focalización de los pagos y convergencia de las ayudas son limitados» y señalan la complejidad del proceso como uno de los elementos a mejorar.

El Tribunal de Cuentas cree que un modelo de pagos basado en el tamaño de las explotaciones y no en los ingresos favorece a las grandes explotaciones

Según el tribunal, a pesar de ser un instrumento fundamental para los agricultores europeos, el modelo ha recibido diversas críticas por su complejidad e inconcreción. “La simplificación fue un principio clave en la reforma de 2013, pero las normas del BPS siguen siendo muy complejas”, dijo el Tribunal en un comunicado.

La reforma de 2013 amplió las categorías de cosecha que podían beneficiarse de este pago básico debido a que cada Estado miembro tenía su propia definición de “tierra agrícola” y “tierra de actividad agrícola” para que las ayudas fueran dirigidas principalmente a agricultores activos.

Sin embargo, según el informe, este cambio provocó “importantes problemas de implementación”. Además, el Tribunal de Cuentas indicó que un modelo de pagos basado en el tamaño de las explotaciones y no en los ingresos, fomenta que las ayudas se dirijan a las grandes explotaciones.

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