La Fundación de Estudios Rurales ha desvelado otro de los nombres de quienes recibirán sus premios anuales. En esta ocasión, la Fundación ha hecho público que el taller de lectura de mujeres rurales de Martos (Jaén) ‘La Silla de Anea’ recibirá uno de los Premios Orgullo Rural 2020.

La Fundación ha reconocido el valor de este grupo de mujeres rurales en la promoción de la literatura en Martos. Allí, en el año 2014, varias habitantes del pueblo impulsaron ‘La Silla de Anea’, un taller de lectura y escritura para mujeres que recibe el nombre de este tipo de asientos tradicionales. Y es que esta iniciativa es itinerante, por lo que, silla en mano, las mujeres que participan en ella recorren, con su voz y sus letras, los escenarios más emblemáticos del municipio.

Desde el primer día en que se reunió “sin mayores pretensiones”, La Silla de Anea ha crecido en número de asistentes. Actualmente son veinticinco mujeres rurales las que siguen reuniéndose cada viernes para leer “en comunión, desde genios reconocidos de la literatura hasta autores locales, tocando todos los géneros”.

La crisis ocasionada por la COVID-19 no ha impedido que las compañeras continúen reuniéndose, pero ahora lo hacen por WhatsApp todos los viernes a las seis de la tarde, como siempre. A corazón abierto, de Elvira Lindo, es la lectura que comentan estos días. Pero sentadas en La Silla de Anea, este grupo de mujeres no solo lee, también escribe. Aprenden y comparten textos de todo tipo, relatos, microrrelatos, poesías…

MUJERES RURALES MÁS ALLÁ DE LAS LITERATURA

Más allá de la literatura, el tiempo ha hecho que este taller se haya convertido en un “taller de amistad”. “Porque nos mueve la ilusión y la palabra. La literatura nos une y la amistad viene a completar el círculo femenino de las lecturas compartidas, los relatos y las experiencias literarias que nos identifican como grupo y como sueño de letras inmenso, tan grande como el olivar marteño que enmarca nuestras vidas cotidianas”, señalan.

Además, también han ampliado sus actividades. Se han atrevido, incluso a plasmar en grafiti sus letras en pro de la igualdad, a celebrar monólogos y veladas poéticas, a desarrollar talleres de poesía en residencias de personas mayores y colegios, a acoger presentaciones de libros, a recuperar y representar antiguos villancicos a centros de mayores y de discapacitados y a llevar sus páginas más allá de los límites de Martos y aterrizar su afición en un círculo de sororidad.

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