El sisón común (Tetrax tetrax) ha sido declarado Ave del Año 2017 por SEO/BirdLife. Con ello, esta sociedad científica y conservacionista inicia un año de acciones dirigidas a mejorar el estado de conservación de esta especie, típica de entornos agrarios. Las aves ligadas a los campos de cultivo son precisamente las más amenazadas en la península ibérica y, dentro de ellas, el sisón una de las que muestran tendencias poblacionales más negativas.

En estos momentos, la ONG ambiental ultima el IIº Censo Nacional del Sisón. Los datos provisionales indican que su población se ha reducido a la mitad en los últimos diez años. De seguir así, el ave se acercará peligrosamente a la extinción.

El sisón común es una pequeña avutarda, de entre 700 y 900 gramos de peso, cuya área de distribución se extendía antaño desde el oeste de Europa y el noroeste de África hasta las estepas de Asia central. Sin embargo, se ha extinguido ya en numerosos países: en África solo persiste una mínima población en Marruecos y, en Europa, tan solo quedan aves en el sector occidental, concretamente en España, Portugal, Francia y Cerdeña; y en el extremo este, a partir del sur de Rusia.

Al ser las poblaciones españolas las más importantes de Europa, el país tiene una evidente responsabilidad internacional en la conservación de la especie. Únicamente en Rusia y Kazajistán quedan comunidades de semejante relevancia.

El sisón común tiene un plumaje pardo poco llamativo para camuflarse en los campos de cereal y los pastizales secos que constituyen su hábitat. En primavera, los machos mudan sus plumas para  adquirir una vistosa combinación blanca y negra, visible a gran distancia. Con su traje de gala, se desplazan a cantaderos tradicionales, siempre los mismos, para desarrollar el cortejo nupcial, quizás el rasgo más llamativo en esta especie.

En el cortejo se combinan patadas en el suelo, inconfundibles reclamos vocales y saltos con aleteos que generan un característico siseo. Dicho siseo, debido a la existencia de una pluma más corta entre las del extremo del ala, se deja oír también en las aves en vuelo y explica el nombre en castellano de la especie, denominada de forma parecida sisó en catalán y sisão en portugués.

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