Al igual que se ha hecho en la Comunitat Valenciana, el sector cerealista andaluz ha pedido este miércoles 25 a la Junta de Andalucía que autorice las quemas agrícolas, aunque solo sea al menos en un 50%, para ahorrar fitosanitarios y reducir los altos costes de producción que está sufriendo el sector agrario, según ha asegurado el presidente de Asaja Cádiz, Pedro Gallardo, en la presentación de los datos de previsión de la campaña de cereales, donde se augura una caída el 12% de media en la producción.

La organización agraria ha destacado que peligra la rentabilidad de esta campaña cerealista, a la espera de ver cómo se sitúan los precios, por los altos costes de este año, «por lo que las quemas agrícolas  son más que necesarias, respetando por supuesto todos los requisitos de seguridad y siempre de forma controlada, porque es la única forma de ahorrar de cara a la próxima campaña».

Por eso, no solo han formalizado una petición a la Junta, sino a todos los partidos «para que la respalden y se mojen en esta cuestión. Los políticos no se enteran de lo que pasa en el campo porque nunc abajan a él y ya estamos cansados de promesas que nunca llegan al campo y a los agricultores. La sustancia activa ya no funciona y es necesario recurrir a un sistema como la quema que siempre ha dado resultado y se permita este año al menos en un 50%».

SE PREVÉ UNA BAJADA DE LA PRODUCCIÓN DE CEREALES EN CÁDIZ DEL 12% POR LA MALA CLIMATOLOGÍA

Sobre las previsiones de la campaña cerealista en la provincia, los datos señalan que habrá una caída medida el 12% en la producción, que se notará sobre todo en el trigo duro y el blando, y en menor medida en la cebada.

Así, en trigo duro se estima que se alcanzarán las 87.000 toneladas (un 12% menos), en el blando las 41.000 (un 12% menos) y en la cebada caerá un 9%. La única buena noticia será el triticale, que se subirá un 69%, al asar de 21.000 a las 35.000 hectáreas este año.

Las calves de este descenso en todas las zonas de la provincia ha estado en la climatología, donde a una fuerte sequía, con casi 60 días sin casi llover, le precedió una fuerte lluvia pero en poco tiempo y luego unas altas temperaturas, lo que propiciado que «solo se hayan dado casos de uno o dos hijos, cuando hace años era una media de 10».

A estos se le suma la subida de los costes de producción, con incrementos de los abonos entre un 270 y un 350% o con os herbicidas que han pasado de los 3 a los 12 euros el litro, unido a la subida del gasóleo y las semillas.

Todo ello ha provocado que se hable de un «año complicado, a pesar de que habrá una calidad buena» y que todo el sector cerealista andaluz esté pendiente de los precios, «porque si no suben adecuadamente va a ser difícil  tener una mínima rentabilidad». En este sentido, ha recalado que confían en que, en el caso del trigo duro, donde Cádiz es una de las mayores productoras de España, «se alcancen como mínimo los 600 euros, porque de ahí para abajo no se van a poder cubrir los costes».

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