El brexit ha permitido al Reino Unido lo que ya intentó cuando estaba dentro de la Unión Europea: exigir mayores controles fitosanitarios por la Xylella en la importación de plantas y blindarse ante el riesgo de introducción de la Xylella. Por eso, el 4 de marzo, entraron en vigor nuevas medidas que afectan al comercio de especies sensibles a la bacteria.

En marzo de 2020, el Reino Unido adoptó unas medidas adicionales al pasaporte fitosanitario para algunas especies sensibles a la Xylella, apelando al artículo 52 del Reglamento 2016/2031, que contempla que los Estados miembros puedan adoptar medidas provisionales para evitar la entrada y establecimiento de una plaga o enfermedad vegetal en su territorio. Sin embargo, la Comisión Europea aprobó un acto de derogación de esas medidas, que habían entrado en vigor el 21 de abril, basándose en el mismo artículo, por considerarlas desproporcionadas o insuficientemente justificadas, según recoge phytoma.com.

Ahora, ya fuera de la UE, el Reino Unido ha anunciado la aplicación de estas nuevas medidas, vigentes desde el 4 de marzo. Así, prohíbe las importaciones de plantas de Polygala myrtifolia y cafeto en países con presencia de la plaga, y endurece los requisitos para la importación de olivos, almendros, lavanda, adelfas e, incluso, romero, no considerado como vegetal de riesgo por la UE.

Para permitir las importaciones, hay que notificar a las autoridades fitosanitarias británicas un listado de viveros autorizados, inspeccionar sus instalaciones y, al menos, 200 metros alrededor de estas un año antes de la exportación, realizar muestreos y análisis más exigentes, inspecciones visuales inmediatamente antes de la exportación, hacer tratamientos fitosanitarios contra los vectores y precintar los árboles individualmente, entre otras medidas. La Comunidad Valenciana, anticipándose a esta situación, ya remitió al Reino Unido un listado con 52 viveros autorizados y el Servicio de Sanidad Vegetal se ha preparado para poder cumplir con las nuevas exigencias.

En una carta enviada a los miembros de la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (IPPC), Nicola Spence, responsable de Sanidad Vegetal del Gobierno británico, justifica las nuevas normas y los controles fitosanitarios por la Xylella destacando la preocupación del Reino Unido por la posibilidad de que Xylella llegue a las islas “en hospedadores de alto riesgo, como el olivo, y especies de plantas comúnmente asociadas con brotes. El largo período de latencia de Xylella significa que, sin requisitos adicionales, podría transportarse a países no infectados a través de importaciones de plantas mucho antes de que se identifique la infección”.

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