Tras el primer encuentro con el sector agrario del ministro de Consumo, Alberto Garzón, tras sus polémicas declaraciones, el titular de Consumo visitará explotaciones de ganadería familiar de distintas tipologías y sectores productivos. Es un compromiso que ha alcanzado este jueves 13 en una reunión con una delegación de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos encabezada por su secretario general, Lorenzo Ramos, y a la que también han asistido Román Santalla –secretario de Ganadería– y Cristóbal Cano –vicesecretario general de Políticas Sectoriales–.

El encuentro, solicitado por UPA esta misma semana, ha servido para tratar de avanzar en la resolución de una polémica que ha ocupado gran parte del debate mediático desde hace varios días. Una polémica que el secretario general de UPA califica de “ajena a los ganaderos, que estamos haciendo las cosas bien”.

“El ministro de Consumo ha comprendido que existe una ganadería familiar que es diversa y sostenible, y en la que también se incluye, por supuesto, la ganadería intensiva de carácter familiar y así lo está manifestando en sus últimas declaraciones a los medios de comunicación”, ha asegurado Lorenzo Ramos en declaraciones al término de la reunión.

UNANIMIDAD SOBRE LAS MACROGRANJAS

El secretario general de UPA se ha referido también a la figura de las macrogranjas, algo sobre lo que la organización está “permanentemente en contra”. UPA ha recordado su trabajo para impedir la proliferación de este modelo, con iniciativas a nivel europeo y nacional, que tiene su principal traslado normativo en los Reales Decretos de ordenación del porcino, la avicultura y el vacuno de carne (este último en proceso de consultas).

Ramos se ha referido a la “excelente” calidad de los productos provenientes de la ganadería familiar, una calidad que es conocida y valorada en el mercado interior así como en la exportación. Sobre las alusiones al maltrato animal, Lorenzo Ramos ha remarcado: “Si se detecta algún caso de maltrato animal no hay que ponerlo como ejemplo, sino denunciarlo. Lo que hay que poner como ejemplo es la gente que está haciendo las cosas bien”.

Por su parte, Garzón también ha reivindicado «todas las reformas» realizadas por el Gobierno para proteger a los pequeños productores como, por ejemplo, el real decreto de flexibilización del paquete higiénico-sanitario que busca facilitar la comercialización de sus productos.

«La ganadería social y familiar representa a gran parte del sector y tiene que ser defendida frente a amenazas como las macrogranjas», ha insistido el ministro.

Además, ha criticado el «enorme coste social, ecológico y económico» de este último modelo, «en línea con los mandatos de la Comisión Europea y con la evidencia científica».

UN ETIQUETADO PARA LA AGRICULTURA Y GANADERÍA FAMILIAR

Una de las medidas propuestas por UPA al Ministerio de Consumo es impulsar una diferenciación en el etiquetado para los alimentos producidos en explotaciones de agricultura y ganadería familiar: “un marchamo que los consumidores demandan y el campo merece” para demostrar la calidad de estos productos y lograr unos precios justos.

UPA ha asegurado que seguirá ahondando en la colaboración con todos los ministerios y departamentos, nacionales, europeos y regionales, con especial mención al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, para la puesta en marcha de las políticas que necesita el medio rural para resolver los problemas que afronta.

A este respecto, el ministro ha defendido el derecho de los consumidores a conocer «con la mayor precisión posible» de dónde procede la carne que están consumiendo.

«Los consumidores tienen derecho a saber con la mayor precisión posible de dónde proceden los productos que están consumiendo», ha afirmado en un comunicado el titular de Consumo.

En concreto, ha destacado la importancia de que la ciudadanía cuente con las herramientas necesarias para saber diferenciar qué productos proceden de las macrogranjas y cuáles no.

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