El conflicto en Ucrania, unido a las consecuencias que está provocando la sequía, en especial en materia de pastos, y a la especulación que siempre se genera en momentos de crisis, ha encarecido el precio de los piensos un 10% en solo tres días.

En la fábrica de piensos La Jara de San José del Valle, en Cádiz, trabajan esta semana con la certeza de que la invasión rusa de Ucrania les va a afectar de manera directa, como expresa Manuel Gutiérrez, jefe de producción: «Porque Ucrania es el tercer productor de maíz del mundo, el cuarto en exportación y el número 1 en centeno».

Centeno, maíz… Son materias primas fundamentales para elaborar estos alimentos destinados a ganado vacuno y porcino. Los precios no paran de subir. «Han subido casi un 40%, también las grasas, y otro problema es la especulación que hay con el precio de los cereales», agrega.

Especulación porque, con la pandemia primero y la crisis energética después, los cereales se convirtieron en valores refugio en la bolsa con la entrada de fondos de inversión que han alterado el mercado y el precio de los piensos. El conflicto en Ucrania agravará el problema y traerá consecuencias, como «una subida del precio de la carne».

SUBIDA DEL 54% EN EL PRECIO DE LA PAJA DE CEREAL EN LA LONJAS ESPAÑOLAS

Para colmo, tampoco llueve, y la sequía, que en principio aumenta la ventas de forraje, terminará también afectando a la producción de piensos. Un panorama inquietante para el campo andaluz.

Pero esta situación no es exclusiva de Andalucía, sino que se da en toda España. El precio de la paja de cereal ha subido en los últimos días de forma notable. En la última Lonja de celebrada en Segovia se anotó una subida del 54 por ciento, al pasar de 26 a 40 euros la tonelada de paja empacada.

En otros mercados también se han producido subidas similares, como en la de Salamanca, que está en 39 euros. En León está algo más barata, 36 euros, aunque también con tendencia ascendente, pues subió dos euros en la última semana.

Este subproducto, muy volátil en la Lonja, se encontraba en precios bajos y estables desde hacía tiempo debido a la abundancia de las dos últimas campañas, y la existencia de mucho estocaje por parte de los ganaderos. Los bajos precios que había hasta ahora nada tenían que ver con los 77 euros que valía la tonelada en 2018, o los 72 en 2017, por lo que no es extraño que siga al alza.

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