Suma y sigue. Tras las lluvias persistentes y la ola de frío ártico en los meses de marzo y abril, el mes de mayo empieza con nuevas precipitaciones e incluso la primera tormenta de pedrisco que castiga el campo valenciano. Según una primera estimación de urgencia de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), la piedra caída ayer por la tarde ocasionó daños de gravedad en una superficie aproximada de 3.000 hectáreas de cultivo, principalmente en los términos de La Font de la Figuera (en la comarca de La Costera), Fontanars dels Alforins (Vall d’Albaida) y Camporrobles (Utiel-Requena).

El cultivo más afectado por el granizo es la viña, sobre todo en aquellas parcelas cuyo ciclo vegetativo se encuentra más avanzado y el tamaño de los brotes son mayores. Así, el grado de afección en estas variedades más tempranas puede alcanzar el 70% de la futura producción e incluso hasta el 100% en los campos más golpeados por la piedra. Muchos racimos que no han llegado a caer al suelo muestran numerosos impactos y, aunque sus uvas cicatricen, no se van a desarrollar como un racimo normal, con la consiguiente merma de cosecha.

Otras producciones castigadas son el olivar, el almendro y las frutas de hueso, si bien estas dos últimas ya sufrían antes de la tormenta graves mermas debido al frío y el exceso de humedad. Los agricultores están preocupados porque las lluvias continuadas impiden la realización de labores agrarias necesarias para mantener un correcto desarrollo vegetativo.

AVA-ASAJA estima que sus previsiones actuales de 30 millones de pérdidas en el sector agropecuario de la Comunitat Valenciana a causa de la anomalía climática van a quedarse cortas conforme transcurran los días y se constaten a pie de campo la evolución de los daños.

Por ello, la organización agraria ha enviado un escrito a la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) solicitándole que apruebe una moción en apoyo al el campo valenciano y que traslade a los consistorios la necesidad de aplicar ayudas directas y medidas fiscales dirigidas a aliviar la difícil situación que atraviesan los agricultores y ganaderos afectados. La asociación también se ha dirigido directamente a los ayuntamientos de capitales de comarca y de localidades con especiales siniestros a causa de las adversidades climáticas para instarles a poner en marcha iniciativas en defensa del sector agrario.

Cultivos que se hallaban en plena fase de floración y cuajado, tales como almendras, naranjas, mandarinas, caquis y frutas de hueso, han experimentado heladas o problemas de podredumbre. En el caso de los cítricos, también frutos pendientes de recolección han registrado importantes mermas. Las hortalizas de temporada, como cebollas, patatas, lechugas y coles, igualmente han sufrido graves pérdidas de cosecha y de calidad. Por su parte, los ganaderos y apicultores han tenido que asumir mayores sobrecostes en alimentación y energía.

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