El Parlamento Europeo dio este martes luz verde a las cláusulas de salvaguarda del acuerdo comercial entre la UE-Mercosur, ideadas para proteger a los agricultores comunitarios de flujos repentinos de productos sensibles, y está listo para negociar su diseño final con los países de la UE en una semana clave para este pacto.

En un voto en el pleno del Parlamento Europeo, los eurodiputados confirmaron que apuestan por reducir los márgenes de incremento de importaciones o caída de precios de estos productos sensibles que darían lugar a una investigación de Bruselas del 10% que proponía inicialmente la Comisión Europea (y que aceptan los gobiernos europeos) a un 5% en la posición negociadora de la Eurocámara.

Esto implica que el Ejecutivo comunitario tendría que investigar cuando se produzca un aumento en las importaciones de estos productos del 5% en comparación con la media de los tres años anteriores o si, por otro lado, el precio de esas importaciones es al menos un 5% inferior al del producto europeo comparable.

Si se determina que un incremento de importaciones en productos como ternera, pollo, lácteos, azúcar o etanol han causado un «daño significativo» a los productores europeos, la UE puede suspender las ventajas de entrada de estos productos al mercado comunitario.

Esta posición negociadora, que salió adelante por 431 votos a favor, 161 en contra y 70 abstenciones, mantiene también la apuesta por reducir la duración máxima de estas investigaciones a la mitad de lo previsto (de seis meses a tres en general y de cuatro a dos meses para los más sensibles) y limita asimismo los plazos para imponer las medidas provisionales.

Los negociadores del Parlamento Europeo se verán este miércoles por la tarde con la presidencia danesa del Consejo, que este semestre representa a los gobiernos europeos, para una ronda de negociaciones con el fin de tratar de llegar a un acuerdo sobre la forma final de las cláusulas de salvaguardia bilaterales.

Los países de la UE habían aceptado la propuesta original de Bruselas, que incluía investigaciones más prolongadas y umbrales más permisivos antes de que se activaran las alarmas.

PARA LOS POPULARES ESPAÑOLES, «AUNQUE EL SECTOR SIGA TENIENDO PREOCUPACIONES, ESTE ACUERDO LAS DISIPARÁ MUY CLARAMENTE»

En una rueda de prensa tras el voto, el eurodiputado responsable de la negociación, el español Gabriel Mato, del PPE, dijo que, aunque hará «todo el esfuerzo posible» por defender la más ambiciosa postura de la Eurocámara, es más importante que la UE sea capaz de acordar un reglamento sobre salvaguardas que «permita seguir avanzando con protección al sector agrario».

Un sector, según abundó Mato, que «tiene, tenía y sigue teniendo seguramente algunas preocupaciones» ante el acuerdo con el Mercosur. «Pero que yo creo que quedan muy claramente disipadas con este mecanismo que hemos aprobado, porque es un mecanismo sólido, es operativo y además responde a las preocupaciones legítimas del sector agrícola», añadió.

Sin embargo, esta misma semana varias voces agrarias habían reclamado a los eurodiputados españoles que no rubricaran este acuerdo porque sigue perjudicando al campo español.

El objetivo de las negociaciones de urgencia es tratar de sortear el veto de países como Francia e Italia al pacto para que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pueda viajar este fin de semana a Brasil para la firma definitiva del pacto tal y como estaba previsto.

Francia -el país más relevante que aún mantiene el rechazo al pacto- ha establecido tres condiciones para su apoyo al acuerdo con Mercosur: cláusulas de salvaguarda sólidas y operativas, medidas similares para proteger a los ciudadanos y garantizar una competencia leal aplicando las mismas normas a los productos importados que a los productos europeos y controles a las importaciones.

El presidente de la comisión de Comercio Internacional del Parlamento Europeo, Bernd Lange, advirtió en la rueda de prensa de que el acuerdo «morirá» si no se firma este próximo fin de semana con los países del Mercosur en Brasil.

«Hoy por hoy estamos muy cerca de una asociación justa con socios fiables y esto es algo único en el mundo. Por eso yo les insto a todos a que no se pierda esta oportunidad. Está clarísimo que si el 20 no se firma, el acuerdo muere. Todos los países en el Consejo tienen que asumir su responsabilidad y conseguir que se firme el 20 de diciembre», urgió.

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