«Aragón sí, pero no así. Un hogar, un paisaje, un futuro» es el lema que ha congregado este domingo en Zaragoza a más de un millar de personas, según las primeras estimaciones policiales, en contra del desarrollo de las energías renovables, a su juicio «sin control» y en «macroproyectos».

Una movilización que ha convocado la Plataforma 13 de Marzo un año después de la primera marcha en la capital aragonesa ante el «aluvión de proyectos» de parques eólicos y fotovoltaicos en la Comunidad, ha incidido el portavoz de la Plataforma a favor de los Paisajes de Teruel, Javier Oquendo.

«Lambán, Pedrito, esto es un delito», «Gobierno, presidente, Aragón no se vende», «lo llaman sostenible y no lo es, es especulación y lo sabéis» y «ni placas ni molinos, queremos vecinos» son algunas de las consignas coreadas en la protesta, que ha partido al mediodía del paseo de Sagasta hacia la plaza de España y ha reunido a más de un millar de personas, según han indicado a Efe fuentes policiales, procedentes de las tres provincias.

Según Oquendo, la situación es «todavía peor» después de un año, porque la tramitación de las instalaciones ha ido avanzando y muchas cuentan ya con declaración de impacto ambiental positiva, a las que se han sumado hasta un 40 por ciento más.

«Eso nos ha motivado a volver a manifestarnos y a decir que queremos que Aragón realmente dé el cambio hacia las renovables, pero no con este modelo de macroproyectos y especulación», sino de forma distribuida, con autoconsumo y comunidades energéticas, ha remarcado.

Además, ha advertido contra las afecciones de este modelo para los consumidores y al territorio, especialmente a la biodiversidad, dado que los molinos son «auténticos trituradores de aves», a las actividades tradicionales, la ganadería y la agricultura, y al turismo de naturaleza.

«Con todo lleno de placas negras y molinos, no es atractivo como espacio» para el turismo, ha sentenciado Oquendo, quien ha incidido en que lo primero que se tenía que haber hecho es determinar dónde promover las renovables y dónde no para apostar por una generación distribuida.

En ese sentido, ha puesto como ejemplo proyectos en Cinco Villas o Teruel que van a evacuar la energía en Cataluña, a más de 200 kilómetros con las consiguientes pérdidas, de en torno al 30%, que «no son razonables», que «suelen pagar los consumidores» y que no se dan cuando se produce cerca, por lo que necesita producir mucho menos.

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