El mapa de los trasvases de agua para riego entre distintas cuencas hidrográficas se reduce a solo cuatro casos en España y los recortes de los volúmenes por la sequía hacen de estas infraestructuras una alternativa insuficiente para los productores.

Según el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), actualmente las transferencias de recursos entre ámbitos de distintas planificaciones hidrológicas que contemplan volúmenes para riego son las del Tajo-Segura; Tinto, Odiel y Piedras-Guadalquivir (Huelva); Negratín-Almanzora (entre Granada y Almería); y Siurana-Riudecañas (Tarragona).

Consultadas por Efeagro, las principales comunidades de regantes de esas zonas explican cómo les afecta la sequía actual; piden apoyo y más obras hidráulicas para no perder sus cultivos.

TAJO-SEGURA

El polémico Trasvase Tajo-Segura moviliza caudales a través de una compleja infraestructura de 292 kilómetros del centro de España a Murcia, Alicante y Almería, además del suministro a zonas de Castilla-La Mancha.

La aplicación del nuevo régimen de caudales ecológicos en la cuenca del Tajo, aprobado en 2023, supone el recorte del agua trasvasable en unos 70 hectómetros cúbicos anuales.

El presidente del Sindicato central de regantes del acueducto Tajo-Segura (Scrats), con más de 147.000 hectáreas de regadío, Lucas Jiménez, critica la «pelea de mercado entre líderes regionales» que ha desatado la fijación del caudal ecológico.

Apunta que del trasvase llega un 50% del agua que estaba prevista, a lo que se une la situación «muy deficitaria» de la cuenca del Segura.

Las 80 comunidades de regantes que representa Scrats se abastecen de una mezcla de recursos, desde el agua del río Segura hasta una parte del trasvase y aguas residuales y desaladas, por lo que la situación es diferente en cada una de ellas.

Aquellas comunidades que dependen del agua de la cuenca del Segura y del trasvase «lo están pasando mal», aunque las últimas lluvias han permitido la activación del nivel 2 del trasvase, que implica la autorización automática de una transferencia durante cuatro meses que dará «cierta tranquilidad».

Jiménez subraya la importancia de contar con infraestructuras que distribuyen el agua y otras grandes inversiones públicas y privadas acometidas en forma de embalses de regulación, tuberías y riego localizado, que han mejorado la eficiencia del regadío.

No obstante, se queja del alto coste que están pagando por el agua desalada y pide más apoyo público para recurrir a ese recurso.

TINTO, ODIEL Y PIEDRAS-GUADALQUIVIR

La sequía está haciendo especial daño en Andalucía, donde el regadío en el norte del parque de Doñana ha sido fuente de conflicto, pese a que recientemente el Gobierno regional desistió en su intención de ampliar los regadíos a cambio de importantes inversiones en la zona.

Allí los agricultores de frutos rojos reclaman que se realicen las infraestructuras previstas para llevar agua de los excedentes del oeste de la provincia de Huelva a pueblos deficitarios de la cuenca del Guadalquivir.

La transferencia de agua procedente de la demarcación hidrográfica de los ríos Tinto, Odiel y Piedras, el llamado trasvase del Condado, se aprobó en 2018 con un máximo de 20 hectómetros cúbicos (15 para regadío y 5 para abastecimiento), ampliando así la dotación de 5 hectómetros cúbicos autorizada previamente para regar tierras de Moguer.

No obstante, se espera que ese agua de regadío se reduzca para ampliar el abastecimiento a la localidad de Matalascañas, como explica el secretario general de la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), Pedro Parias, que detalla que el proyecto está todavía en fase de elaboración y busca sustituir el agua subterránea que se extrae de los pozos por el agua superficial.

Tanto los regantes de la cuenca del Tinto, Odiel y Piedras como los de Moguer tienen desde enero restringida su dotación en un 50 % por la falta de lluvias, según Parias, que destaca que la provincia de Huelva está teniendo restricciones por primera vez en su historia.

NEGRATÍN-ALMAZORA

El secretario general de Feragua agrega que los regantes del valle del Almanzora (Almería), parte del postrasvase Tajo-Segura, están sufriendo los mismos recortes que los del Segura, con impacto en la producción de hortalizas de invierno y cítricos.

Del embalse del río Negratín al del Almanzora va otro trasvase al que están enganchadas 24.000 hectáreas de regadío y que tiene un volumen máximo de 50 hectómetros cúbicos anuales, si bien desde mediados de 2022 está cortado prácticamente por falta de recursos.

En Andalucía hay otros trasvases menores, sobre todo para abastecimiento. Con sequías cada vez más largas, Parias insta a los distintos territorios a ser «más sensibles y menos egoístas» para facilitar una red de trasvases en toda España.

«Llevamos un déficit de inversiones en obras hidráulicas desde hace veinte años. Esto se arregla con más presas e infraestructuras de distribución y almacenamiento. A corto plazo pedimos a las administraciones que movilicen todos los recursos mediante obras de emergencia, ya sea para aguas subterráneas, regeneradas o desaladas», de forma que se salven al menos los árboles, sostiene.

SIURANA-RIUDECAÑAS

La situación también es crítica en Cataluña; un ejemplo son los embalses de Siurana y Riudecañas, que llevan sin agua desde el año pasado, lo que ha impedido el riego en la zona, con el perjuicio que eso significa para 2.000 familias que viven de los olivos y avellanos.

Ya se están arrancando muchos árboles y, «si no llueve, las perspectiva es que este año tampoco haya campaña de riego», comenta el gerente de la comunidad de regantes del pantano de Riudecañas, Miguel Ángel Prats, tras casi 48 meses sin lluvias normales.

Prats urge a las administraciones a acelerar el proyecto de la planta de regeneración de agua de la vecina estación de Reus, ante el «rechazo» que causa cualquier posibilidad de trasvase entre los ecologistas y la administración catalana.

(Texto: Belén Delgado / Efeagro)

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