La consellera de Agricultura valenciana, Mireia Mollà (Compromís), ha afirmado que su departamento tiene «tremendos problemas» con el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, cuya titular es Teresa Ribera, en la gestión de aguas y ha pedido que «abandonen la imposición» y utilicen el diálogo y la negociación para llegar a «propuestas comunes».

Mollà ha explicado en declaraciones a los periodistas que si bien se refería a la postura de su departamento en la sobreexplotación de los acuíferos del Júcar, también «vale» para la gestión que realiza el Ministerio con el trasvase Tajo-Segura, ya que el nuevo Plan Hidrológico del Tajo implicaría un recorte del agua que llegará al sureste peninsular y que afectará a Alicante.

Así, ha rechazado el plan para gestionar las masas sobreexplotadas de los acuíferos del Júcar y ha abogado por un programa en el que «el estado óptimo de los acuíferos esté garantizado», ya que la Generalitat «no está a favor de la propuesta porque no existe una alternativa clara» en cuanto al sistema de riego y abastecimiento.

Ha solicitado que se retrase su aprobación hasta que se llegue «a un acuerdo común», que sería «lo más sensato», y ha subrayado que la Generalitat ejercerá «de manera responsable» su visión «intentando acordar, con la capacidad del aval técnico y la razón», así como también exponiendo la situación socioeconómica sobre lo que significaría el recorte del trasvase en «la huerta de Europa».

«Es un servicio esencial que ha estado dándonos de comer durante una pandemia mundial y ahora no se le puede poner la soga al cuello», ha señalado Mollà, quien ha insistido en que hay «tremendos problemas» con el Miteco y ha sostenido que «no hay guerra que se haya iniciado por parte de nadie que haya traído una gota de agua más. Siempre ha sido recorte, recorte y recorte».

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