El Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente ha enviado un escrito al Gobierno foral en el que reconoce la sequía que afecta a la cuenca del Ebro en el tramo de Navarra, así como la gravedad de la situación de los regadíos navarros, si bien considera que con las medidas adoptadas hasta el momento hay recursos suficientes para cerrar el año hídrico.

El Gobierno navarro ha informado en un comunicado del escrito del Ministerio, respuesta de la carta que en agosto le remitió la consejera de Desarrollo Rural, Isabel Elizalde, para pedir que se incluye el tramo navarro en el ámbito de aplicación del real decreto de junio sobre medidas urgentes para paliar los efectos de la sequía.

El Ejecutivo foral señala en el comunicado que «valora» que el Estado reconozca «la gravedad de la situación por la que atraviesan los regadíos navarros» de la cuenca del Ebro, pero «lamenta que no se haya atendido su petición» de incluirlos entre los afectados por el citado real decreto.

Se reconoce que «la cuenca del Ebro se encuentra en situación de prealerta para sistemas regulados, y de alerta para sistemas no regulados»

De acuerdo con la información del Gobierno foral, la responsable de la Dirección General del Agua del Ministerio, Liana Sandra Ardiles, ha remitido una carta a la consejera Elizalde en la que reconoce la gravedad de la situación y coincide «en la necesidad de una mayor colaboración entre ambas administraciones».

En la carta señala que la última evaluación hecha en ese tramo de la cuenca del Ebro, el 31 de julio pasado, indica que «la cuenca del Ebro se encuentra en situación de prealerta para sistemas regulados, y de alerta para sistemas no regulados».

«De persistir la situación de escasez global de la cuenca y alcanzarse la situación de alerta durante varios meses consecutivos -agrega en la carta-, será el momento de poner en marcha medidas excepcionales, debiendo adoptarse para el global de la cuenca y no solo para sistemas concretos».

Las situaciones de sequía, de acuerdo a las instrucciones del Ministerio, «son gestionadas mediante la aplicación de los planes especiales ante la situaciones de alerta o eventual sequía, los denominados Planes de Sequía», regulados por una orden ministerial de 2007.

Dicha orden establece medidas para minimizar los impactos y mejorar la gestión del recurso hídrico en la cuenca, «en función de los cuatro niveles o umbrales de fases de gravedad progresiva que definen».

El Ministerio, según la información facilitada por el Gobierno foral, «considera que, con las medidas actuales, puede concluirse con garantías el año hidrológico y, a partir de octubre y en función de las lluvias registradas, valorar otras posibilidades».

Cabe recordar que, según denunció EHNE, la cosecha de cereales y leguminosas ya se da por perdida en toda la Ribera Baja, además, la producción en la Zona Media y Tierra Estella se ve mermada en más de un 60%, así como la grave situación por la que atravesaban los regadíos navarros.

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