En un momento de tensión y de movilizaciones en los que el mundo agrario está directamente enfrentado con las administraciones y quienes las dirigen, ha sido precisamente un político, como es Miguel Arias Cañete, el que ha logrado una tregua en estos momentos para unir al campo y a los políticos en un emotivo homenaje al que fuera ministro de Agricultura y comisario europeo de Medio Ambiente en su Jerez natal.

Coincidiendo con su jubilación de la actividad política y laboral, la bodega González Byass acogió este sábado 6 un reconocimiento a la labor de una personas que, con sus detractores y sus respaldos, marcó un antes y un después en la relación de la política con el campo.

Un hombre que, como coincidió todo el mundo en el multitudinario acto supo sobreponer lo personal a la política, que acercó en el sentido literal el poder a la gente que vive y trabaja en el campo y que dio un ejemplo no solo de cercanía y preocupación por el futuro del sector sino de diálogo con todas las partes para sacar adelante un presupuesto europeo que dejaba 46.000 millones para la PAC española.

Por eso, y pese a celebrarse en la provincia de Cádiz, más de 400 personas se acercaron a saludarle y despedirle de la vida activa, que no de la personal. Una lista de asistentes que incluía a la exministra Isabel García Tejerina, a Carlos Cabanas, a la también ex ministra María Dolores de Cospedal, a la actual consejera de Agricultura andaluza, Carmen Crespo, al presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, y a una larga lista de representantes políticos de la provincia gaditana y del campo de esta provincia, incluyendo a agroinformacion.com o el periodista César Lumbreras.

Y aunque el discurso más emotivo lo dio su hijo, Miguel Arias Domecq, quien destacó este homenaje «es para la mayoría una mirada el pasado, pero para la familia es ilusión porque sabemos que vamos a vivir muchas horas más tras una vida dedicada a la políica», el mejor resumen de las intervenciones fue quizás el de Mª Dolores de Cospedal, quien se definió como «amiga y admiradora de Miguel. Bueno, de Cañete, porque para todos siempre será simplemente Cañete».

Un ‘Cañete’ que, como también se recordó, fue  un ministro que no solo negoció una PAC muy difícil, sino que fue un ejemplo de cómo actuar ante las crisis del sector, como fue el caso de las vacas locas, o su ejemplo de responsabilidad, mucho más allá de lo anecdótico, a la hora de comer yogures caducados.

De llorar con ‘Marcelino, pan y vino’ a divertirse con la política porque «España merece la pena»

Por eso, el presidente de Asaja, Pedro Barato, destacaba de él «las reuniones sin prisas porque las cosas había que hablarlas» y le agradeció «en nombre de todos los agricultores que fueras como eres. Y en estos tiempos de recortes y negociaciones de la PAC pensamos que necesitamos más gente como tú».

Finalmente, tras la consejera andaluza, Carmen Crespo, que dudó en reconocer que «somos muchos los políticos que hemos bebido de ti para ser ahora lo que somos», el propio Miguel Arias Cañete, un hombre que, como él mismo señaló, «fajado en mil batallas, debo reconoce que desde que vi ‘Marcelino, pan y vino’ no lloraba y ahora tengo el pañuelo inundado».

Tras agradecer a Manolo Vázquez como impulsor de este homenaje, tuvo palabras de recuerdo y agradecimiento para gente Sánchez Mancha o Manuel Fraga, con los que inició su carrera política en Cádiz «subido en ocasiones en un remolque para dar mítines y para dejar claro que tanto entonces como ahora soy un hombre de derechas».

Por último, tras agradecer la presencia de todos los asistentes, quiso recalcar que «no se puede defender a la agricultura y a sus gentes  sino se le pone pasión y yo me he diertido en todosa estos años. Merece la pena dedicarse a la política porque España merece la pena y no cuesta trabajar por ella».

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