Luis Cortes Isidro / La Unión Extremadura

Pintan bastos para los agricultores y ganaderos, a las importantes subidas de los costes en abonos, gasóleo, electricidad y piensos ahora debemos sumar una importantísima limitación, la falta de agua por la sequía. Tanto para los cultivos de secano que no la reciben del cielo, como para los regadíos que la verán muy limitada en amplias zonas regables del país y también de Extremadura.

Poco podemos hacer para que llueva, eso es cierto, pero si puede hacerse mucho, si los gobiernos quieren, para limitar el aumento de los costes y el abuso permanente de intermediarios y cadenas de distribución sobre lo que se paga a los agricultores y ganaderos por sus productos.

Se puede, pero no se quiere, y se echa la culpa a otros y se tiran balones fuera ¿Por qué? Muy sencillo el precio del petróleo no lo fija el gobierno español, pero si los impuestos que gravan su consumo, cada litro que se vende caro el tanto por ciento de impuestos que se cobran sube y hacienda hace más caja, y si para producir alimentos no se considera el combustible o los abonos estratégicos y se le bajan los impuestos ¿para qué otra cosa más importante se va a hacer?

Mientras, vemos que los precios de los alimentos suben (pero especialmente para los consumidores y mucho menos, o nada, para los productores) también vemos como se sigue dejando a los intermediarios y a la distribución, por parte de los gobiernos y autoridades de la competencia, que sigan abusando de los más débiles y aumentando aún más sus ya abultados beneficios.  ¿Es necesario recordar cómo se fijan los precios de aceitunas de verdeo, o los precios de arroz o tomate? Creo que no.

Pero entonces ¿No hace nada el ejecutivo y el legislativo para evitar estas situaciones? Si, mirar para otro lado la mayor parte del tiempo y también aprobar ciertas leyes y normas de cara a la galería, como la ley de la cadena alimentaria, que cambien algunas cosas, pero no lo que de verdad hace falta y es fundamental, como pudiera ser eliminar la posición de dominio en el mercado de unos pocos y el abuso cuasi monopolístico que cada vez ejercen menos empresas sobre la mayoría de productores y consumidores.

Están literalmente acabando con el libre mercado que dicen defender y aplicando la ley del embudo “lo ancho para mí y lo estrecho para los demás” eliminando la libre competencia y lo hacen además con permiso de las leyes y los gobiernos.

De camino, nos ofenden a nosotros y a nuestra inteligencia manipulando las cifras sobre las emisiones de co2 de la ganadería, exagerando lo perjudicial para el medio ambiente que puede resultar comer carne. No vemos campañas que expliquen los datos de las emisiones de co2 y al viajar en avión, o en cruceros, o dejar que se quemen los bosques en verano por falta de prevención, de las autoridades, o el mal tratamiento de los residuos urbanos o de la depuración de las aguas eso no parece importante parece tan importante para el medio ambiente. Dejar de comer carne sí.

Campañas muy bien vistas por cierto por los que quieren que comamos hamburguesas de soja americana (toda transgénica, por cierto) cuyo consumo aumenta y su promoción también y además nos van preparando para admitir la carne hecha en laboratorio en cuyo desarrollo llevan invertidos muchos millones de dólares unos cuantos, de los más ricos del mundo, y que va a llegar más pronto que tarde.

A todo esto, se nos va a pedir opinión el ocho de mayo a los agricultores y ganaderos extremeños sobre quien queremos que nos represente ante las administraciones.

Bien haríamos en participar y en pensar en no darles nuestro apoyo a los que están al servicio de esas grandes empresas y de esos partidos que miran para otro lado mientras nos arruinan o nos entretienen publicando leyes acompañadas de declaraciones grandilocuentes que no valen el papel, en el que están impresas y que deberían sonrojar a los diputados que las aprueban y a los que no proponen enmiendas reales para que sean útiles de verdad a los ciudadanos.

Las soluciones no son fáciles ni hay baritas mágicas, lo sé, pero al menos deberíamos conseguir que nuestra voz se oiga.

Ahí lo dejo.

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