Organizaciones ecologistas, agricultores y ganaderos han reivindicado una Política Agraria Común (PAC) más justa, sostenible y respetuosa con la naturaleza y los productores alimentarios, escenificando en Madrid una cata de alimentos ecológicos, «marginados» por la producción agrícola industrial.

Representantes de SEO/BirdLife y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) junto a productores de aceite, vino, queso, legumbres o lanas ecológicas han llamado la atención sobre el hecho de que “la mayor parte de los fondos públicos se destinan en la actualidad a la agricultura industrial” y no aseguran el futuro de las explotaciones “más valiosas desde el punto de vista social y ambiental”.

Así, España recibe cada año más de 6.500 millones de euros en ayudas pero el 20 % de los beneficiarios -grandes productores y terratenientes- acaparan el 80% de los recursos financieros.

En su opinión, gran parte de las subvenciones se concentran “en las zonas con mayor contaminación y sobreexplotación del agua” mientras que agricultores y ganaderos que producen “de forma respetuosa con la naturaleza” y preservan paisajes “de alto valor natural como dehesas u olivares apenas reciben apoyo”.

Una cata de productos ecológicos «marginados» por la producción agrícola industrial

La cata se ha desarrollado en el madrileño mercado de San Fernando y en ella ha participado, entre otros, el presidente de la empresa de aceite de oliva ecológico La Olivilla SCA, Juan Ignacio Valdés, quien ha explicado a Efeverde que “el problema de raíz sigue siendo que el que contamina no paga las consecuencias” y ha puesto como ejemplo el hecho de que mientras que “los grandes productores llegan a perder 25 toneladas de tierra fértil al año por acción de químicos que llegan a contaminar el agua que bebemos, nuestro sistema de producción no deteriora la tierra de los olivares”.

Por ello está convencido de que la nueva PAC “debe definirse como agricultura sostenible, no productiva y premiar al que conserva” ya que las “toneladas de químicos vertidos al suelo debido a la actividad agrícola intensiva desertifican y maltratan la tierra”  lo que en el caso de España significa “una amenaza para el 48% de los hábitats y el 30% de las especies relacionadas con las actividades agrícolas”.

El acto forma parte de la campaña europea Living Land-Por un campo vivo, con la que estas organizaciones conservacionistas reclaman una PAC “moderna y simple” que “premie a quien conserva el medio ambiente” y asegure “una renta digna” a los agricultores y ganaderos que apuestan por la sostenibilidad, como los que trabajan en Red Natura 2000, en sistemas de Alto Valor Natural o en producción ecológica.

La campaña, que cuenta ya con el apoyo de 150.000 firmas de ciudadanos así como de 424 organizaciones de 30 países, pretende influir en el diseño de la futura PAC después de que la Comisión Europea pusiera en marcha un proceso participativo para recabar la opinión de los europeos sobre este tema hasta el próximo 2 de mayo.

De acuerdo con los datos facilitados por las ong, “desde la implantación de la PAC, la biodiversidad no ha dejado de descender en los campos de cultivo”, con casos “dramáticos” como el de la tórtola europea o la golondrina común, cuyas poblaciones han descendido en un 30 % entre 1998 y 2013.

La contaminación y sobreexplotación de las masas de agua, la creciente edad media de los agricultores españoles, la desploblación rural o la emisión de gases de efecto invernadero procedentes de suelos agrícolas son otros problemas que deberían ser revisados por la futura política agrícola de la UE, según esta campaña.

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