Esta semana, un ganadero de Zamora era denunciado por agredir a un agente medioambiental que le había recriminado que llevaba a su rebaño a una zona arrasada por los incendios forestales. Un incidente que, sin justificar la presunta agresión, en muchos sentidos refleja el peor final posible para una situación que se empieza a dar con excesiva frecuencia en muchos puntos de España por culpa de los incendios forestales y que está provocando que miles de ganaderos se hayan quedado sin pastos para sus reses por culpa de estos fuegos y que puede provocar, además, que se queden sin las ayudas de la PAC en los dos próximos años al quedar estos terrenos en desuso por ley.

Un drama que se vive con especial incidencia en Galicia. Según recoge Marina Valero en elconfidencial.com, unos 3.000 ganaderos de esta Comunidad Autónoma ya no tienen pasto para dar de comer a sus vacas, caballos, ovejas o cabras como consecuencia de las llamas que arrasaron Galicia hace dos semanas, a lo que deben sumar la pérdida de maquinaria, naves o los propios animales, muchos de ellos muertos abrasados o que han huido en un intento por salvar su vida.

Pero su problema se acentúa cruelmente por un doble castigo. Por un lado, las presiones de diversos colectivos para endurecer las normas de uso de los montes quemados por este tipo de incendios, curiosamente orientadas para evitar que agricultores y ganaderos tuvieran tentación de provocar estos incendios, provocando que los terrenos forestales afectados por un incendio se quedan sin pastoreo hasta que se cumplan 24 meses del mismo.

Por el otro, que estos dos años sin pastoreo puede provocar que pierdan la PAC durante ese periodo de tiempo, sin olvidar que además deberá invertir en comprar pienso con el aumento de los costes al quedarse sin pastos. La única solución pasa por que se declare una zona catastrófica, porque las ayudas de las CCAA por estas causas nunca cubren la pérdidas.

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