Carla Espinós y Mario González, alumnos de la Universitat Politècnica de València, representarán a España en la tercera edición de la Youth Ag-Summit sobre seguridad alimentaria. Se trata de la cumbre mundial que organiza Bayer, con la colaboración de las asociaciones de jóvenes agricultores belgas Groene Kring (GK) y la Fédération des Jeunes Agriculteurs (FJA), para buscar soluciones a la escasez de alimentos ante el aumento creciente de la población.

El encuentro, que se celebrará del 9 al 13 de octubre de 2017 en Bruselas, reunirá a los 100 estudiantes seleccionados por un jurado experto. Para llegar hasta aquí, cada alumno tuvo que defender su particular propuesta sobre seguridad alimentaria, poniendo en valor la originalidad de sus ideas, así como su visión para contribuir a crear un futuro mejor. En total se presentaron 2.000 candidaturas, procedentes de 49 países y solo el 5% superaron el corte.

Carla Espinós y Mario González, alumnos de la Universitat Politècnica de València

Bajo el lema “Alimentar a un planeta hambriento”, esta tercera cumbre pretende abordar los objetivos de sostenibilidad de las Naciones Unidas para erradicar el hambre, lograr la seguridad alimentaria y promover una agricultura sostenible. La primera cita de este tipo tuvo lugar en 2013 en Calgary (Canadá) y, dos años después, se repitió la fórmula en Canberra (Australia).

Carla Espinós es alumna del Grado en Biotecnología de la Universitat Politècnica de València y, en la actualidad, hace una estancia académica en una de las mejores universidades del mundo, la KTH Royal Institute of Technology de Estocolmo, gracias una beca del programa Erasmus. Por su parte, Mario González, que estudió el grado en Madrid, en la actualidad cursa el Máster Universitario en Ingeniería Agronómica en la Universitat Politècnica de València.

Un ensayo sobre la acuicultura multitrófica integrada y la dieta mediterránea le ha valido a Espinós el pase a la Youth Ag-Summit. “Mediante esta tecnología podemos proporcionar este tipo de dieta a países y ciudades de interior en continentes subdesarrollados”, ha apuntado. “Utilizando los mínimos recursos posibles se pueden obtener frutas, verduras y pescado como fuentes alternativas de minerales, nutrientes y vitaminas”.

Por su parte, la propuesta de González aporta soluciones prácticas que la Unión Europea podría implementar en el futuro. Entre ellas, ayudarse de los macrodatos para evitar el desperdicio alimentario. “El big data nos podrá ayudar a reducir las pérdidas de comida a un mínimo. En unos años, sabremos dónde y cómo se malogran los alimentos y todo estará interconectado. Le podremos dar a la Unión Europea herramientas para sancionar (o fomentar) aquellos puntos de la cadena alimentaria donde se producen más pérdidas”, ha explicado González.

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