La relación entre producción de alimentos y sostenibilidad es un tema muy serio que debe quedar fuera del debate político partidista, y abordarse con seriedad, unidad y “pies de plomo”. Es la demanda que han realizado desde UPA a todos los partidos políticos, aprovechando el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio en todo el mundo.

«Desde la política se debe contribuir a lograr una agricultura productiva, rentable y respetuosa con el medio ambiente, y para ello la mejor estrategia es apoyar el modelo basado en explotaciones familiares, que es mayoritario en nuestro país pero que se enfrenta a importantes presiones y amenazas», afirma UPA.

Los expertos reconocen que la base imprescindible del entramado económico y social de los territorios rurales y conformadora de su paisaje es la agricultura y la ganadería, resultando clave para la gestión sostenible del medio rural. En ese sentido, la agricultura familiar resulta vital para el mantenimiento de la población rural y la sostenibilidad social, económica y ambiental de los territorios. Además, colabora en la preservación de los recursos naturales, el mantenimiento de la biodiversidad agrícola y ganadera y desarrolla prácticas de producción respetuosas con el medio ambiente.

La agricultura familiar es una importante productora de bienes públicos, por lo que UPA reclama que deben ser reconocidos y fomentados con políticas públicas adecuadas, que fomenten la imprescindible viabilidad y rentabilidad y percibiendo unos precios justos, lo cual debe ser plasmado tanto en la PAC como en el Pacto Verde y en su Estrategia de la Granja a la Mesa.

LAS SEIS GRANDES APORTACIONES DE LA AGRICULTURA FAMILIAR AL MEDIO AMBIENTE Y LA SOSTENIBILIDAD

Desde UPA han resumido y desarrollado las seis aportaciones más relevantes de la agricultura y ganadería familiar al medio ambiente:

    1. Función territorial. Las explotaciones familiares agrarias ayudan a luchar contra el despoblamiento, manteniendo en las áreas rurales de un determinado volumen de población, exigido por la propia actividad agraria para su desarrollo.Los agricultores y ganaderos son los auténticos gestores del territorio y de los recursos naturales que conforman el paisaje de la geografía española, son los agentes que residen y trabajan todo el año en nuestros valles, llanuras y montañas. De hecho, es cada vez más constatable que en aquellas zonas en las que se ha producido un mayor índice de despoblamiento, los impactos de deterioro en las infraestructuras de los municipios han contribuido a una inestimable pérdida de nuestra riqueza cultural. Además, el incremento de incendios forestales (uno de los mayores problemas medioambientales en nuestro país) está íntimamente relacionado con la pérdida de actividades agrícolas y sobre todo ganaderas en nuestros montes, actividades tradicionales que contribuían a prevenir dichos incendios. Incluso, se puede hablar de determinados ecosistemas agrarios en los que la actividad agrícola o ganadera tradicional ha contribuido a la conservación de la riqueza en biodiversidad que poseen.

      Por todo ello UPA debe hacer un notable esfuerzo para que se reconozca en todos los ámbitos el trabajo de la agricultura y ganadería familiar como gestor del territorio y como protector de los recursos naturales en él inmersos.

    2. Función pública. La agricultura familiar es una gran productora de bienes públicos que deben ser reconocidos y fomentados por el conjunto de la sociedad. Fomento de la aplicación de buenas prácticas agrarias que faciliten la integración de aspectos ambientales en la gestión de las explotaciones vinculado al refuerzo de aspectos como el comercio local o la venta directa, que permitan aumentar sus márgenes de beneficio y utilizando los contratos territoriales como principal herramienta.

Apoyo a los sistemas agroecológicos, aprovechando los valores ambientales cuando estén presentes, para aumentar el valor añadido de las producciones y la rentabilidad de las explotaciones. Fomento de la agricultura ecológica y de las producciones locales (razas ganaderas y variedades locales). Estrategia de desarrollo de los mercados de proximidad y venta directa por los agricultores y ganaderos, permitiendo así la comunicación con el consumidor final y saliendo del mero papel de proveedor de materia prima para la agroindustria y la distribución organizada. Las marcas de calidad diferenciada bien gestionadas con criterios técnicos de producción y de marketing, igualmente han de servir para facilitar la viabilidad de las explotaciones familiares.

  1. Función ambiental. Compromiso con la sostenibilidad y con la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La agricultura familiar ejerce una actividad sostenible que es preciso valorizar con diferentes medidas (económicas, fiscales, promocionales.). La aplicación de los 17 ODS de la Agenda 2030 en nuestro medio rural, y en espacial en la agricultura debe constituir una gran oportunidad para demostrar a la sociedad en su conjunto el gran valor que ejerce la agricultura familiar con su gestión del territorio, el tejido social que conforma y la producción de alimentos.
  2. La agricultura familiar ante la lucha contra los efectos del cambio climático, tanto en lo que respecta a la adaptación como a la mitigación, encuentra en el sector agrario un elemento fundamental, para lo cual es preciso disponer de un Plan de Adaptación al sector Agrario y de un Plan de mitigación con medidas racionales y de apoyo para lograr esos objetivos. La Agricultura Familiar impulsa la adaptación y mitigación del cambio climático en toda la extensión de los sistemas alimentarios.
  3. La Agricultura Familiar es decisiva para el mantenimiento de la biodiversidad. La multifuncionalidad de la agricultura familiar permite una gran eficiencia y sostenibilidad en el uso y gestión de los recursos naturales, tales como la conservación de la biodiversidad, la gestión racional del suelo y el uso racional del agua.
  4. La Agricultura Familiar es básica en la lucha contra el despoblamiento. Sin agricultura y ganadería no hay vida en el medio rural. Los pueblos vivos son los que mantienen una actividad agraria dinámica y con futuro, que atraen población y aumentan las alternativas de trabajo y progreso de su potencial.
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