El Principado ha detectado por primera vez la presencia en Oviedo de varios ejemplares de picudo rojo o gorgojo de las palmeras, un insecto perteneciente a una especie exótica invasora y considerado de los más dañinos para estas plantas, sobre todo la canaria y la datilera, ya que provoca su muerte en la mayoría de los casos.

Tras este hallazgo, el Gobierno ha declarado zona afectada todo el terreno alrededor de la zona en una extensión de un kilómetro, y ha alertado a los concejos limítrofes.

El Principado informó el pasado jueves a la red de alerta para la vigilancia de las especies exóticas invasoras del hallazgo de este insecto en dos focos localizados en el concejo de Oviedo: uno en Caravia (Limanes) y otro en Moreo (Colloto).

Se trata de la primera detección confirmada en Asturias de esta especie, con evidencia física de ejemplares, tanto adultos como crisálidas

En el primero de ellos se capturaron varios individuos adultos junto a una palmera, que ya ha sido destruida. En el segundo, se apreciaron síntomas y pupas sobre la planta afectada, cuya destrucción deberá ser planificada debido a su tamaño, su estado y su proximidad a una vivienda para evitar posibles daños al inmueble.

Se trata de la primera detección confirmada en Asturias de esta especie, con evidencia física de ejemplares, tanto adultos como crisálidas.

Tras la declaración de zona afectada, la Guardería del Medio Natural realizará una georeferenciación de las palmeras presentes en esta área para su posterior análisis por técnicos de la sección de Sanidad Vegetal.

A partir de estas actuaciones se adoptarán las medidas oportunas respecto de cada uno de los ejemplares, en función de la presencia o no de la plaga.

El picudo rojo, conocido como picudo de las palmeras, es originario de las regiones tropicales del Sureste Asiático y Polinesia. Llegó al norte de África a través de Egipto en 1993 y de allí pasó a España, Italia, Francia y Portugal.

El insecto ha demostrado una gran capacidad de adaptación a entornos diferentes, que podrían parecer adversos para su supervivencia, dado que su clima habitual es el tropical.

Vive y se alimenta en el interior de las palmeras, por lo que resulta difícil detectar su presencia a simple vista.

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