Rosa Pruna / Presidenta de ASAJA Barcelona

Los sectores agrícolas y ganaderos de toda la Unión Europea, para ser precisos, están en pie de alarma, casi en pie de guerra por todo lo que está pasando. Ya no hablamos del cambio climático que nos toca a todos y, muy
especialmente al sector primario. Sequías prolongadas, heladas, pedrisco y los fuertes calores que hacen perder millones de euros a los agricultores y ganaderos, cuando era importantísimo cosechar mucho cereal, para no tener que depender de los grandes especuladores de cereales, que no todo es culpa de la guerra de Ucrania.

Quien más culpa tiene que tengamos unos precios disparados de les materias primas son los que se enriquecen, digamos carburantes, gas, electricidad y cereales con el visto bueno de la Unión Europea. Francia como siempre, la primera que ha intervenido las eléctricas, la inflación con subvenciones no se arreglará, falta una política firme para unos mercados distorsionados, hinchados que productores y consumidores pagamos totalmente. Ya seria hora que la Comisión Europea en vez de pagar, anuncie a les televisiones y a los medios escritos, escuché más lo que pasa, ahora con una mano nos dan una ayuda envenenada y llena de cláusulas para cumplir y, con la otra mano nos venden.

Somos moneda de cambio, como siempre desde el 2.000 con el libre comercio, ahora toca Nueva Zelanda. Han firmado un acuerdo con la UE para la importación gradual durante 7 años de 38.000 toneladas libres de aranceles de carne de cordero, 10.000 toneladas de carne de vacuno, 15.000 toneladas de manteca y 25.000 toneladas de leche en polvo. Todo sin aranceles, entrada libre y para los europees salida a palos.

Cómo puede ser que la nueva PAC más verde y de proximidad (de la granja a la mesa), carnes que viajaran 25.000 km libres de aranceles y de CO2, se ve que eso no va contra el cambio climático, ahora podemos ver como Países Bajos, nuestros vecinos europeos les quieren hacer cerrar las explotaciones tanto de cerdos como de vacas porqué contaminan. Se ve que hacer venir carne de la otra parte del mundo no contamina, barcos, aviones; hacer cerrar para comprar fuera, una política agraria errática ja hace tiempo. Primero por dejar la tierra en barbecho, pagar para no producir, ahora con la guerra inhumana se ha visto cómo en Europa no somos autosuficientes ni de petróleo, ni de gas, ni de cereal.

De este último si no podemos hacer una PAC más productiva y menos restrictiva, hoy más que nunca la nueva PAC se aleja de la realidad, sacan las ayudes del girasol y la colza sino tenemos, ahora hemos podido ver entre pandemia y guerra unes subidas desorbitadas causando una inflación que, los únicos beneficiarios son las grandes petroleras, grandes empresas de gas y los especuladores del cereal. Una PAC más productiva y pagar realmente lo que vale el producto.

El sector no quiere vivir de limosna, como ahora anuncia la Comisión Europea para mitigar las pérdidas millonarias, mientras productores y consumidores, los grandes perdedores de esta inflación. Para acabar redondear la nueva PAC nos hace anuncios televisivos de una nueva PAC tan bonita que dice “cuidar el
campo es cuidar nuestra vida”, pero resulta que cada día cierran explotaciones de cítricos, de vacas, de corderos, y compramos carnes de países que no cumplen ninguna de las normativas europeas, eso si quieren ser verdes y sostenibles.

A lo mejor todos acabaremos como el chico del anuncio de cerveza, que quiere vivir la vida admirando paisajes verdes, osos, naturaleza. Una vida sin trabajar, él mismo se envía un mensaje que quiere vivir la vida, a lo mejor todos tendremos que hacer lo mismo. Yo que he sido una ferviente europeísta, me duele que es pierda el espíritu por lo que nació la política agraria comuna – PAC, producir alimentos y unas rentas dignas a los agricultores.

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