El presidente y consejero delegado de Deoleo, Ignacio Silva, ha advertido este martes de la entrada en el mercado del aceite de oliva de otros países más productivos que España, que depende más de la lluvia.

En una jornada de los «Desayuno Esade», organizada por Esade Alumni, Silva ha compartido su estrategia en la industria del aceite de oliva a nivel global, un mercado caracterizado por su volatilidad y donde el 80% de los costes proceden de la materia prima.

«El modelo de producción está cambiando y nuevos países como Chile y Argentina entran con (olivar) superintensivo, a la larga una producción menos dependiente de la lluvia y con costes más baratos», ha afirmado el presidente de Deoleo.

En cambio, ha apuntado que el 70% de la producción española sigue en el modelo tradicional, dependiente de la lluvia y con un coste de 4,5 euros por kilo, mientras que solo el 30% es intensivo o superintensivo, lo que implica plantar olivos en seto que se pueden regar y a los cinco años pueden producir, con un coste de menos de un euro por kilo.

Silva ha precisado que la producción española antes representaba el 70% de la global y este año ha bajado al 50%, con algunas producciones «que no van a ser rentables», por lo que «el sector público tiene que buscar soluciones para los agricultores».

A su juicio, en España hay quienes «se empeñan en rezar para que llueva» mientras que otros tienen costes muy inferiores.

EL APROVISIONAMIENTO EN EL SECTOR ES UNA «LOCURA», POR LAS DIFICULTADES QUE EXISTEN PARA REALIZAR LAS COMPRAS Y EL CONTROL DE «STOCKS» Y CAJA

Tras la baja producción de las últimas dos campañas, el consejero delegado ha señalado que «tarde o temprano» volverá a haber aceite, sin precisar cuándo, y ha destacado que el olivo es una planta más resiliente que otras al estrés hídrico y exige menos agua.

El presidente de Deoleo ha reconocido que el aprovisionamiento en el sector es una «locura», por las dificultades que existen para realizar las compras y el control de «stocks» y caja.

«Quizás no fuimos capaces de anticipar lo que podía pasar cuando las cosas no iban tan bien» y «no invertimos lo suficiente en herramientas que ayudasen a gestionar la volatilidad y el riesgo», ha admitido el directivo, que ha recalcado que la subida del precio del aceite se debe a la escasez de producto y «no es un movimiento especulativo».

La aceitera perdió 34,3 millones de euros en 2023, frente a los 6,2 millones que ganó el año anterior, por el impacto de una «crisis histórica» en el precio de la materia prima.

Entretanto, lo importante para Deoleo es «incrementar el margen que gana por litro», una estrategia que Silva ha vinculado a su proyecto de sostenibilidad, tanto en origen -garantizando prácticas sostenibles en el campo- como en la calidad del producto y el reconocimiento por parte de los consumidores.

El presidente de la compañía ha sostenido que su modelo está segmentado por marcas y países, ya que en cada lugar las marcas se perciben de manera diferente, lo que impide una gestión globalizada.

Ha subrayado el proceso de renegociación de la deuda desde el inicio de su gestión en 2019, pues esta ha pasado de 557 millones de euros a unos 100 millones en 2023, y se ha mostrado «tranquilo» respecto al futuro del grupo.

Silva ha explicado que están centrados en mantener el mercado español y el italiano desde la calidad de las marcas para defender su cuota, mientras se enfocan en nuevos mercados con mayores oportunidades para convencer a los consumidores y se expanden a otras categorías como las aceitunas de mesa y los vinagres.

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