A escasos días de comenzar las máquinas a cosechar en Castilla y León, la Alianza UPA-COAG denuncia que el precio de gasóleo agrícola se ha situado en torno a los 0,77 euros/litro, que supone un 28 % más que el pasado mes de mayo, y es un 36 % superior al precio que pagaban los agricultores por el combustible en este mismo mes de junio del año pasado.

Así, esta organización agraria recuerda que el consumo de carburante en el medio rural es muy alto en estas fechas debido a las numerosas faenas que se realizan en el campo, como la cosecha o el riego, y es uno de los mayores costes para los agricultores, suponiendo el gasóleo B una media de 16 % de los gastos en cereales, según las estimación de la Alianza. 

Durante 2018 se han ido superando las cotizaciones del gasóleo agrícola mes a mes, incrementándose los costes de producción de las explotaciones agrarias que, sin embargo, los agricultores no pueden trasladar esas subidas en la cadena agroalimentaria, lo que convierte la situación en muchos casos en insostenible.

Se incrementan los costes de producción, no se traslada al producto agrario y se pierde rentabilidad

La Alianza UPA – COAG explica que esta subida significa que por llenar el depósito de un tractor medio (400 litros) cueste ahora mismo 83 euros más que en el año 2017, «algo difícil de asumir con precios del cereal como los actuales y con la hecatombe cerealista que se produjo la campaña pasada dejando a muchas economías familiares al borde de la ruina».

La organización recuerda que el gasóleo agrícola está inmerso en una espiral alcista desde hace años con subidas significativas y por encima siempre del incremento que sufre en cada momento el barril Brent de petróleo, mientras que los precios de los productos agrarios no han experimentado subidas semejantes, por lo que la pérdida de rentabilidad de las explotaciones agrícolas es evidente.

Asimismo añade que el año pasado se recortó significativamente el derecho a la devolución de las cuotas del impuesto sobre hidrocarburos en relación al gasóleo B, pasando de 78,71 a 63,71 euros por cada mil litros consumidos, con una reducción del 20 % de la bonificación.

Además, «por si todo esto fuera poco, de aprobarse los actuales Presupuestos Generales del Estado, los agricultores de Castilla y León tendrían que pagar 14,75 millones de euros más al año por repostar gasóleo en su maquinaria». Esto corresponde a una de las medidas que impuso el anterior equipo del Ministerio de Hacienda, de aplicación a partir del 1 de enero de 2019, y  esta organización advierte que «de no retirarlo el actual Gobierno el nuevo gravamen del tramo autonómico  generaría un incremento de 4,8 céntimos de euro por litro, a sumar a los 2,4  céntimos que se vienen aplicando hasta la fecha, lo que supondría un total de 7,2 céntimos de impuestos especiales.»

La Alianza UPA-COAG hace un llamamiento a las Administraciones públicas para que articulen medidas concretas a fin de mitigar esta situación y asegurar la pervivencia de agricultores y ganaderos que se enfrentan a un escenario económico muy complejo. Cabe recordar que a día de hoy por cada euro que un agricultor paga por llenar de gasóleo el depósito de su tractor o cosechadora sólo la mitad corresponde al valor real del combustible, mientras que el resto son impuestos.

Se trata de una circunstancia especialmente perjudicial para las economías de los agricultores de Castilla y León, puesto que tras la campaña desastrosa de producción y precios del año 2017, había albergadas muchas esperanzas en poder compensar esta campaña parte de la ruina económica sufrida hace un año por estas mismas fechas.

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