La plataforma Salvemos El Arabí y Comarca ha denuncia la quema ilegal de alpacas de paja en una finca de hortícolas de reciente instalación «para un cultivo intensivo incapaz de resistir el clima de Yecla», a la vez que lamentan que «mientras los pequeños agricultores del Altiplano se enfrentan a multas millonarias por quemar restos de poda, estas grandes empresas actúan con total impunidad».

Fue la tarde del pasado domingo 27 de noviembre cuando se produjeron varias llamadas alertando de la quema de alpacas de paja en el paraje de El Pulpillo, en Yecla. Desde la plataforma, se notificó tanto a la Guardia Civil como al 112 y acudimos a verificar los hechos, constatando también con la Policía Local lo que estaba ocurriendo, que también acudió y levantó acta del suceso. El pasado lunes 28, además, los agentes medioambientales comprobaron los hechos y procedieron a emitir la correspondiente denuncia.

Numerosas alpacas de paja estaban ardiendo lentamente y humeando en todo el perímetro norte de una parcela de unas 11 hectáreas con un cultivo intensivo de alcachofas ante las primeras heladas de la temporada. Se trata de una finca que está explotando desde hace menos de dos años el mayor productor de huerta de Cataluña con cultivos intensivos hortícolas.

En el caso de la alcachofa, el cultivo intensivo de la misma no soporta las condiciones climáticas de Yecla, ya que no aguanta las temperaturas bajo cero habituales en nuestra zona. La empresa, que factura alrededor de 400 millones de euros al año, ha recurrido a esta práctica para intentar salvar impunemente el cultivo, quemando las alpacas por la noche, mientras los pequeños agricultores locales se enfrentan a multas millonarias por quemar restos de poda en sus parcelas.

La nueva ley estatal de residuos 7/2022, de 8 de abril, establece con carácter general la prohibición de cualquier tipo de quema agrícola, salvo si existe riesgo fitosanitario (art. 27.3), considerándola falta muy grave (art. 108.2), y sancionada con multas entre 100.00€ y 3,5 millones de euros (art. 109.1).

Hace apenas unos días, la Comunidad Autónoma aprobó también la normativa que fijaba las nuevas condiciones para la excepcionalidad de las quemas agrícolas en la Región de Murcia (Decreto-Ley 6/2022, de 17 de noviembre), estableciendo todo el procedimiento administrativo para la autorización de las quemas: declaración responsable por parte del interesado, solicitud acompañada por informe técnico de un asesor autorizado, autorización por parte de la Consejería de Agricultura, y notificación al Ayuntamiento. Además, fija la franja horaria para la realización de las quemas «entre la salida del sol y las 13.30h».

Las quemas de balas de paja, además, incumplen las recomendaciones de la Dirección General de Salud Pública y de la Dirección General de Medio Ambiente. Recomendaciones que están recogidas en las conclusiones de hasta seis informes técnicos diferentes emitidos desde 2015, en los que se advierte a las autoridades, regional y local, sobre el impacto que estas quemas tienen en la calidad del aire y, por tanto, en la salud de la población.

Asimismo, este colectivo denuncia que «es un cultivo intensivo que está fuera de lugar, porque se hiela, y que, para salir adelante, ha de recurrir a una práctica que vulnera varias normativas. Además, se trata de cultivos intensivos de nueva implantación, por tener menos de dos años, sobre un acuífero declarado sobreexplotado, el Cingla, aumentando la presión sobre los recursos propios del Altiplano, y acelerando el vaciado de los acuíferos. Para tener una referencia, solo este cultivo de alcachofas va a consumir en seis meses la misma cantidad de agua que una viña consumiría en siete años».

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