Representantes de EHNE-Nafarroa  han denunciado el significativo impacto que va a tener el tramo Tafalla-Campanas del futuro Tren de Alta Velocidad (TAV) en las tierras de cultivo que atraviesa y, por consiguiente, en el trabajo diario de agricultores y ganaderos de la zona, a la vez que han insistido en su postura contraria al TAV porque se trata de un tren que “no cohesiona territorio, sino ciudades, y que a su paso por Navarra es como el ejército de Atila”.

En concreto, está proyectado que el tren atraviese las mejores fincas agrarias de los términos municipales de Muruarte de Reta y Tiebas, a lo que hay que añadir que las escombreras fruto de las obras también se van a depositar en dichas tierras de cultivo, renunciando a otras áreas menos productivas, léase el campamento militar abandonado. “Lógicamente, actuaciones de este tipo hacen que se nos acabe la paciencia, pues no se atiende al sentido común, unido a que las expropiaciones tienen precios irrisorios”, ha manifestado el presidente del sindicato, Fermín Gorraiz.

Como principales consecuencias, el relieve va a cambiar de manera drástica -las escombreras tendrán una altura de cinco metros, cubiertas con una capa vegetal de 30 centimetros-, lo que “va a comprometer futuras cosechas al tratarse de tierras que no tienen estructura”, ha explicado el secretario general de EHNE-Nafarroa, Patxiku Irisarri.

Asimismo, algunas parcelas de cultivo se dividirán por la mitad, la recogida de aguas será otro quebradero de cabeza y habrá que replantearse la construcción de nuevos caminos parcelarios, con lo que la ocupación de terrenos será todavía mayor. De este modo, “las personas que viven del campo y han optado por acogerse a la ocupación temporal de sus terrenos tienen serias dudas de cómo van a quedar después de las obras”, ha añadido.

“AL TENER SUS TIERRAS OCUPADAS TEMPORALMENTE, NO PUEDEN JUSTIFICAR HECTÁREAS EN LA PAC Y LA ÚNICA SOLUCIÓN QUE SE LES HA OFRECIDO ES VENDER SUS DERECHOS Y POSTERIORMENTE RECOMPRARLOS”

A todo ello hay que sumar que los agricultores afectados ven comprometidos sus derechos de la PAC. “Al tener sus tierras ocupadas temporalmente, no pueden utilizarlas para justificar hectáreas en la PAC y la única solución que se les ha ofrecido es vender sus derechos y posteriormente recomprarlos, sin tener en cuenta que dicha operación tiene peajes y pérdidas”, ha expuesto Gorraiz.

Como solución más adecuada, EHNE-Nafarroa ya planteó en su momento que dichos derechos quedasen congelados, pero la contestación recibida ha sido que eso es imposible. “A nuestro entender, tratándose de una obra declarada de interés general, debería de proteger los intereses particulares de los agricultores antes de que, fruto de las obras, se vaya a alterar su medio de vida”, ha defendido Irisarri.

A la vista de las respuestas recibidas, el sindicato va a contactar con COAG para impulsar una iniciativa a nivel estatal, en la que “se protejan los intereses de los agricultores frente a aquellos proyectos que amenazan la pervivencia del campo. No podemos permitir que macroproyectos pasen por encima de nuestros cultivos y nos arruinen”, ha esgrimido Gorraiz.

Los representantes de EHNE-Nafarroa han recordado que ayuntamientos y particulares ya han presentado un sinfín de alegaciones, que siguen sin ser contestadas, pese a haber transcurrido un año desde su interposición. Unas alegaciones de “instituciones y personas que, conociendo la zona de primera mano, han aportado soluciones para que el daño provocado por el TAV sea el menor posible y que, visto lo visto, no son tomadas en consideración”, ha criticado Irisarri.

Gorraiz ha trasladado además un dato demoledor. “Con la artificialización de terrenos al ser utilizados para urbanizaciones, polígonos industriales e infraestructuras como el TAV o el Canal de Navarra, nuestro territorio ha perdido nada menos que 21.000 hectáreas cultivables, una superficie equivalente a Urbasa-Andia”, ha cifrado.

Finalmente, EHNE-Nafarroa ha insistido en su postura contraria al TAV porque se trata de un tren que “no cohesiona territorio, sino ciudades, y que a su paso por Navarra es como el ejército de Atila”, ha ejemplificado Irisarri. Se trata de un “saco sin fondo”, que ahora se pretende justificar por el transporte de mercancías en el llamado corredor mediterráneo que pretende unir Bilbao con Valencia, “cuando en un principio nada se hablaba de ello”.

Como alternativa, el sindicato apuesta por que esa ingente cantidad de dinero que va a costar el TAV se invierta en mejorar la red viaria que ya existe. Así, pone como ejemplo la línea de cercanías que se ha puesto en marcha uniendo Miranda de Ebro y Alsasua, “recuperando paradas que estaban cerradas y cohesionando de verdad el territorio con un beneficio social notorio”, ha reivindicado Gorraiz.

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