La Fundación Savia le ha solicitado al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, a través de una carta, que la nueva PAC (2021-2027) sirva para consolidar el sector ecológico, permitir el relevo generacional, defender una ganadería extensiva, hacer valer las estrategias europeas de biodiversidad y de la estrategia De la Granja a la Mesa, junto con evitar desequilibrios territoriales, según ha señalado la Fundación en una nota de prensa.

En la ganadería extensiva, existe una amplia diversidad en lo referente al manejo de los pastos, los animales y las infraestructuras fijas necesarias para mantener y conservar los ecosistemas en los que se pastorean los animales, y así debe ser reconocido.

El 66% de nuestro territorio nacional no es cultivable, pero sí es pastoreable en su inmensa mayoría. Tenemos oficialmente reconocidas 23 millones de hectáreas de pastos. Todas ellas producen vegetación pastícola, que si no se consume por los animales todos los años (más de 20 millones de toneladas de materia seca) se acumula como potencial materia combustible para pasto de las llamas (fuego). Sin embargo, hay que llamar la atención, porque solo 8 millones de hectáreas de pasto de las 23 existentes, están siendo aprovechadas racionalmente por el ganado (campaña 2018). Se puede deducir con estos datos que solo el 35% de los pastos que existen en España son aprovechados adecuadamente por el ganadero y que el resto (65%) es riqueza verde (gratuita) abandonada que posiblemente terminará ardiendo, señala la Fundación.

En la PAC actual (2014-2020), de los 19,65 millones de hectáreas admisibles que España tiene consolidadas en Bruselas para cobrar los Derechos de Pago Básico, solo 4,25 millones de hectáreas son PASTOS (21,6% de la superficie declarada), y los ganaderos de extensivo solo reciben el 16% de los Pagos Directos. 

UN GANADERO RECIBE UNA AYUDA A LA RENTA POR MANTENER EL CAMPO ACTIVO, VIVO Y CONSERVAR EL ECOSISTEMA UN 260% QUE UN AGRICULTOR POR HACER LO MISMO

Savia, también hace referencia a la Dehesa, que supone aproximadamente el 12% de la superficie admisible declarada en la PAC (2,4 millones de hectáreas), pero los ganaderos de la Dehesa sólo perciben el 7% de los Pagos Directos de la PAC. Este patrimonio nacional, declarado en la Sierra Morena andaluza como Reserva de la Biosfera por la UNESCO, se está muriendo por falta de rentabilidad económica. Los ganaderos que, a pesar de todo, quieren conservarla, tienen unas pérdidas o déficit estructural de 150-200 €/ha/año.

En el sistema de producción de una ganadería extensiva, el animal constituye un elemento esencial de la naturaleza y se comporta como una pieza fundamental para el mantenimiento y conservación de ecosistemas. En un reciente trabajo publicado en la Universidad de Michigan (Stanley y cols., 2018) se llegó a la siguiente conclusión: cada kg de carne producido en los cebaderos convencionales o intensivos emite 6,5 kilos de CO2 equivalente a la atmósfera, mientras que cada kilo de carne producido en pastoreo extensivo capta o absorbe de la atmósfera 9,5 kilos de CO2 equivalente (actuando como sumideros de carbono). Ventaja que suma que en la conversión a producción ecológica, la ganadería extensiva cumple por si misma el 80% de los requisitos y las exigencias reguladas por el Reglamento (UE) 848/2018 sobre Producción Ecológica, por lo que supondría un cambio relativamente pequeño del 20% restante.

Además, solo aprovechando racionalmente los recursos naturales de las 23 millones de hectáreas de pastos reconocidas, se podría obtener en España la cantidad de carne de calidad suficiente para que cada español pudiese consumir los 500 gramos semanales (2-3 veces) que recomienda la OMS (Organización Mundial de la Salud) como cifra ideal para una dieta sana y equilibrada de cada persona».

Para la Fundación, «las ayudas de la PAC son un instrumento de compensación económica para los productores con el fin de suplir su déficit de renta, hacer rentables sus explotaciones y evitar su abandono, y favorecer el empleo y el crecimiento en las zonas rurales evitando así el despoblamiento rural».

Sin embargo, existe un desajustado reparto entre regiones y cultivos, que la organización considera necesario cambiar para hacer justicia y cumplir con los objetivos medioambientales de la nueva PAC (2021-2027)», se explica en la nota.

“La voluntad de consolidar nuestro sector ecológico y garantizar el relevo generacional pasa por una asignación presupuestaria que priorice las explotaciones agrarias que favorezcan el arraigo de la población al territorio, que utilicen prácticas ecológicas y sostenibles, que mejoren nuestra gobernanza y canales cortos de comercialización”, afirma en su carta al ministro de Agricultura, Luis Planas, la Fundación Savia.

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