La organización agraria denuncia que el decreto de Pinyolà, que restringe la presencia de abejas junto a cítricos por su presunta influencia en la aparición de piñones en los frutos, se ha firmado «a traición» entre la Conselleria y asociaciones que no representan a la totalidad de los sectores afectados. «Llevamos tres años proponiendo soluciones pero nos dan 24 horas para alegar contra lo que pactan a nuestra espalda», sostiene José Vicente Andreu, presidente de ASAJA Alicante, asociación que representa al 70% de los apicultores y el 21% de la superfice citrícola de la Comunidad Valenciana.

Para la organización es un acuerdo que perjudica a los productores de clementinas y a los apicultores que encima se ha firmado «a traición» entre entidades que no representan ni a los productores de miel ni a la totalidad de los citricultores.

La Administración Valenciana ha concedido 24 horas a las organizaciones agrarias no firmantes para enviar alegaciones, trámite que los representantes de los agricultores y apicultores alicantinos han cumplimentado en tiempo y forma en alegaciones dirigidas a Antonio Quintana, director general de Agricultura, Ganadería y Pesca. No obstante, el escrito sellado por el presidente de la organización, José Vicente Andreu, lamenta que «nunca se nos convoca con tiempo suficiente para trabajar los temas de interés apícola de forma coherente y consensuada para que se puedan presentar respuestas y soluciones equilibradas».

ASAJA Alicante ha expuesto su rotunda oposición a este decreto de Pinyolà que pretende «limitar la polinización cruzada entre plantaciones de cítricos», según el encabezado literal del pacto. Esta medida culpa a las abejas de la aparición de semillas o piñones en los frutos y enfrenta desde hace décadas a ambos sectores en un conflicto estéril y sin sentido, ya que no asume la realidad científica del problema: las responsables de la polinización cruzada no son las abejas, sino las variedades de mandarinas híbridas que se han introducido en el campo valenciano desde finales del siglo pasado.

Esta es la primera de las alegaciones presentadas por ASAJA Alicante. En segundo lugar, la organización ha respondido a los firmantes que «el acuerdo no deja claro que las clementinas valencianas son, junto con los apicultores, los perjudicados por la introducción de las mandarinas híbridas en el mapa productivo de cítricos en la comunidad Valenciana». Como tercer motivo, la asociación que preside Andreu alega que el decreto de Pinyolá «no sólo es perjudicial para los apicultores, sino que daña gravemente a todo el sector frutícola valenciano». Por último, ASAJA Alicante deplora este pacto -presentado por los firmantes a la opinión pública de forma artera como un pacto de consenso- por «desoír nuestras propuestas de manera reiterada y querer cerrar un acuerdo solo con parte del sector y de manera precipitada».

Además, ASAJA Alicante ha rechazado la nueva obligación de incluir un GPS en todos los asentamientos que se sitúen en la Comunidad Valenciana a partir de febrero de 2026. «Nos parece inaudito y gravísimo que se exija en la Comunidad Valenciana un sistema de geolocalización de colmenas que hace aún más estricta la legislación nacional y autonómica, en la que ya se estipula cuáles son los métodos de identificación animal. Los métodos vigentes son utilizados en todo el territorio nacional, identifican de forma inequívoca las colmenas de las explotaciones apícolas y permiten identificar a cualquier titular de colmenas en todo el territorio Español», trasladan al alto cargo de la Conselleria. También denuncian que el sistema de alejamiento de colmenas por municipio se basa en «información geográfica imprecisa, obsoleta y opaca», según trasladan al alto cargo de la Conselleria.

NI CONSENSO NI PUNTERÍA

En el escrito de alegaciones al decreto de Pinyolà, Andreu recuerda a los firmantes que en enero de 2021 «todas las organizaciones agrarias y asociaciones vinculadas al sector apícola firmamos un documento conjunto, consensuado y acordado con la finalidad de buscar soluciones tangibles y reales al problema de la Pinyolà«. Este documento incluía medidas que facilitarían la actividad tanto citrícola como apícola y la convivencia entre ambas. Sin embargo, la Administración no ha atendido a estas peticiones conjuntas pese a haber tenido un año para convocar a las partes y trabajar las soluciones.

Se preguntan también desde ASAJA Alicante por qué ha apoyado este acuerdo el Comité de Gestión de Cítricos. «Si su finalidad es defender la citricultura valenciana, tiene una gran oportunidad para ello oponiéndose a la entrada masiva de cítricos de terceros países y dejando de ser el canalizador de dichas importaciones por medio de sus redes comerciales», resalta en el texto. «Es pura hipocresía que algunos exportadores se opongan a la apicultura aquí mientras incluyen el sello Bee Friendly en sus productos orientados a la venta en Europa», denuncia también Andreu. «Hacen más daño a las clementinas valencianas las mandarinas importadas de Sudáfrica por los comercios valencianos que las abejas de los apicultores», sentencia el escrito.

×