APAG Extremadura Asaja ha reclamado a la Junta que indemnice a los ganaderos de la región que están siendo víctimas de ataques en sus explotaciones por parte de los Linces ibéricos que se han repoblado en distintos puntos de la provincia de Badajoz.

En concreto, se está detectando un incremento en los ataques de este animal en las explotaciones ganaderas, ya sean ovejas, corderos o gallinas, por lo que la preocupación va en aumento ante la falta de respuesta por parte de la Junta.

Y es que, según han denunciado socios de APAG Extremadura Asaja en la zona de la Campiña Sur, en los últimos tiempos se ha registrado un incremento en la frecuencia de los ataques por parte del lince, para lo que se ha puesto de ejemplo lo ocurrido en una finca de Maguilla en la que este depredador ha acabado con 31 corderos y 3 ovejas. Situaciones similares se han dado también en otros puntos de la zona como Berlanga.

LAMENTAN QUE SU REPOBLACIÓN NO FUERA ACOMPAÑADA DE OTRA DE CAZA MENOR QUE LES SIRVA DE SUSENTO

Uno de los desencadenantes, ha denunciado APAG Extremadura Asaja, es que cuando se produjo la repoblación de linces no se han llevado a cabo campañas de repoblación de caza menor que sirvan de sustento a este animal, por lo que ante la falta de comida están atacando a las explotaciones ganaderas.

El problema, se señala desde APAG Extremadura Asaja, no solo está en que no tienen alimento, sino que los ataques no cuentan con la contraprestación pertinente para el ganadero, algo a lo que se había comprometido la Junta, pero que no está cumpliendo con expedientes sin resolver incluso desde hace ya seis años.

Por todo, desde APAG Extremadura Asaja se ha reclamado a la administración dos cosas: Por un lado, que tramite y abone los expedientes de indemnización a los ganaderos afectados por los ataques de los linces; por el otro que se repueblen las zonas afectadas con especies cinegéticas que sirvan de sustento a este animal para que no ataque así al ganado.

No puede ser, se ha concluido, que la Junta saque pecho por la repoblación de una especie tan imponente como el lince, pero luego se desentienda totalmente de él, lo deje abandonado y sin comida y a los agricultores indefensos ante sus ataques y sin cobrar las indemnizaciones que le corresponden. Hay que saber conjugar la coexistencia y la Junta está demostrando que en este caso no lo está sabiendo hacer. Una vez más, la especie más desprotegida y en peligro de extinción es el ganadero y el agricultor del mundo rural.

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