Rosa Pruna / Presidenta Asociación Productores km.0 y ASAJA Barcelona

 Esta pandemia que nos ataca con dureza nos hará y nos hace ver que no somos tan fuertes tanto económicamente como industrialmente, somos unos grandes dependientes, no solo nosotros, sino en toda la Unión Europea. Prácticamente lo que dicen que hacen industrialmente, depende de Asia principalmente. De todo esto, el gran provocador, la globalización, ¿qué grandes empresas no deslocalizaron? Para ir a ganar dinero rápido, haciendo producir a millones de personas por un euro al día o bien por un plato de arroz.
Han sido 20 años de aquella primera reunión en Seattle al 1999 – 2000, fue prever lo que nos pasa ahora, comprando productos tecnológicos, ropas de lujo de la casa, grandes marcas. Miren las etiquetas con letra pequeña, dice producido en Asia.

Ahora ante esta grave crisis, qué empresa o industria de aquí Europa hacen mascarillas, batas, respiradores, test, etc. ninguna. Todo de Asia, ¿cómo nos hemos quedado? Desnudos ante la sociedad que ven como cada día nos dejan persones, esperando que nos llegue todo este material. No estábamos preparados para nada, este gran país que es la China, los europeos los enseñamos como se trabaja y fabrica. Ahora son ellos los que nos enseñan y fabrican lo que nosotros no tenemos ni sabemos hacer, sí pero tarde.

De esta crisis sanitaria seguro que aprenderemos mucho a priorizar ante un mundo global, apostar por el local tanto industrial, comercial de proximidad, hoy el sector agrícola y ganadero ha demostrado que la mayoría está preparada para producir, transformar y comercializar lo que produce. ¡Nuestras administraciones tanto europeas, estatales cómo las catalanas no han estado a la altura de miras de todos los grandes mercados internacionales! Con intercambios comerciales constantes y vetos políticos, tú me traes, yo te vendo.

Este intercambio de cromos mata la agricultura y la ganadería y contaminan el planeta con producciones que viajan miles de quilómetros. Ahora hoy esta crisis nos muestra una cara y una cruz, la buena que teneos un aire limpio, la tierra, los animales y las personas lo agradecen. A la sociedad no les faltará comer ya que el sector primario sigue trabajando siempre, aunque maltratado con los precios. La globalización nos lleva productos baratos de sectores que trabajan por un euro al día.

La cruz con esta crisis sanitaria hay sectores como la restauración y hoteles y todo o que depende de estos sectores, han quedado parados y con ellos todos los sectores que los subministraban, especialmente alimentos de la agricultura y la ganadería y de otros.

Con el sector de la agricultura ha sido cuando ha podido demostrar la validez de la producción de proximidad, todo el que estaba preparado para la venta on line o servir comercios y supermercados, están sirviendo sin parar. Los consumidores han descubierto la proximidad y la calidad, agradecen nuestra faena y nuestras producciones han vuelto a disfrutar del gusto de una manzana, la carne, lácticos, que no recordaban de hacía mucho tiempo. Este confinamiento nos tiene que reforzar a todos, primero a las administraciones
desde Europa hasta casa, la prepotencia se ha convertido en debilidad, todos somos iguales ante la pandemia, pues que sirva para reconocer el valor de la tierra, el poder de la tierra para producir, la inteligencia de la naturaleza, que en momentos como estos, agricultores y ganaderos estamos haciendo la faena porque los alimentos producidos cerca de casa son proximidad y confianza, de soberanía alimentaria, se dice tocar de pies a tierra.

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