El presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Ángel Villafranca, ha pedido que industriales, envasadores y distribución comercial asuman también «sacrificios» este año y contengan sus márgenes para evitar que subidas de los precios del vino puedan perjudicar las ventas.

Villafranca -reelegido hace unos días como vicepresidente del Grupo de Diálogo de Vino de la Comisión Europea- ha señalado en una entrevista con Efeagro que los viticultores han soportado una vendimia «especial, muy difícil y preocupante», más temprana de lo habitual y afectada por cambio climático, heladas y sequía.

«Lo que no podemos pensar es que al consumidor se le puede trasladar todo el incremento de precios»

El presidente ha apuntado que «el primer sacrificio lo ha hecho el viticultor, que ha tenido menos producción» y el menor volumen de uva y vino reducirá la facturación de muchos agricultores, por lo que ahora tienen que contribuir, y realizar esfuerzos también, los transformadores y la distribución para ajustar sus márgenes.

«Hay vinos que han subido más de un 25 ó 35% en un mes o mes y medio» (graneles, en origen) y el mercado no está preparado para asumir ascensos tan rápido, ha remarcado Villafranca.

«Lo que no podemos pensar es que al consumidor se le puede trasladar todo el incremento de precios» porque podrían perderse clientes para el vino, ha puntualizado.

Ha recordado que los viticultores y sus cooperativas «producimos uva y vino para que haya un consumidor y a éste no podemos maltratarlo».

En líneas generales, las cooperativas constatan el dinamismo que hay en el mercado en un contexto de bajas producciones mundiales.

Según Villafranca, el mercado está «muy, muy activo» y «todo el mundo quiere bloquear su vino para tener el volumen suficiente para todo el año», en graneles sobre todo.

Las subidas más fuertes han afectado a los vinos que tenían precios bajos, como los de mesa

Sobre el embotellado, el mercado «está más tranquilo», aunque suele ocurrir que este dinamismo comercial afecte primero al granel para más tarde trasladarse al envasado, ha recordado.

Las subidas más fuertes han afectado a los vinos que tenían precios bajos -como los de mesa- mientras que las alzas son más moderadas en el caso de las denominaciones de origen o para los productos que tenían valores más altos durante la campaña pasada.

Villafranca -que preside la Organización Interprofesional del Vino Español desde su constitución- se refiere en la entrevista a otros asuntos de actualidad, como las negociaciones comerciales de la Unión Europea (UE) con terceros países.

Tras el «fiasco» que representó la paralización del TTIP -con la llegada de Trump a la presidencia de EEUU, un país estratégico para el vino español-, prosperaba el «CETA» con Canadá -que también ofrece oportunidades para el producto europeo y español-, mientras que está previsto que el acuerdo con Japón, con una proyectada rebaja de aranceles, concluya en un año y medio.

De cara a la apertura de negociaciones con Nueva Zelanda y Australia, Villafranca ha reivindicado que estos países reconozcan las denominaciones de origen españolas y europeas.

Y aunque son productores y exportadores, que suelen vender graneles a algunos países europeos y al Reino Unido, Villafranca ha matizado que hay oportunidades para que España venda vinos de calidad en el futuro tanto a Australia como a Nueva Zelanda y, especialmente, de «nuestros tempranillos».

Por otro lado, ha pedido que los acuerdos garanticen la reciprocidad de las importaciones del vino, es decir, las mismas exigencias que a los vinos elaborados en la UE para competir con las «mismas reglas de juego».

Respecto a Mercosur, ha asegurado que la UE debe estar «vigilante» en la negociación para que se respeten los intereses del sector vitivinícola, ya que estos países son productores, aunque también hay firmas españolas que cuentan con bodegas allí.

Villafranca ha destacado el carácter estratégico de China -«que es el gran mercado de futuro del vino y está en pleno crecimiento»-, aunque también es productor de vino y, actualmente, cuenta ya con la mayor superficie de viñedo del mundo, después de España.

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