Juan Pedro Medina (Ingeniero Agrónomo), Ex−Viceconsejero de PAC y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León
El 12 de febrero pasado, día de Santa Eulalia, “en que el tiempo cambia”, la Comisión Europea ha presentado su programa de trabajo para 2025, mediante una comunicación titulada “Avanzar juntos: una Unión más audaz, más sencilla y rápida”, acompañado de otra Comunicación sobre “Una Europa más sencilla y rápida: simplificación”, y finalmente una tercera y quizá la más importante, porque afecta al dinero de la PAC, titulada: “El camino hacia el próximo marco financiero plurianual”.
De nuevo es la palabra “Simplificación” la que centra el debate, cuestión recurrente desde hace años y que hasta la fecha ha supuesto lo contrario; prueba de ello la reforma de la PAC actual 2023, sin duda una maniobra maestra desde la Comisión que se traduce en trasladar la carga de la prueba de Bruselas a las espaldas de los Estados miembros, Autoridades regionales y, finalmente, a los administrados (agricultores y ganaderos).
Los elementos claves que se consideran en el documento de trabajo se centran especialmente en la simplificación e incluyen una primera serie de paquetes Ómnibus y propuestas destinadas a lograr que las políticas y leyes de la UE funcionen mejor y más rápido, para fortalecer la competitividad de la UE.
Así, además de las propuestas de simplificación Ómnibus, relaciona otras iniciativas: Ley del Acelerador de Descarbonización Industrial, Libro Blanco sobre el futuro de la defensa europea, un pacto sobre Migración y Asilo, una Europa más global, Plan de acción para la implementación del Pilar Europeo de Derechos Sociales o la Agenda del Consumidor 2025-2030 que, en mi opinión, no desmarcan de la senda y objetivos del Pacto Verde. En definitiva, la Comisión no cambia la hoja de ruta marcada en el anterior mandato y sigue con su modelo de gobernanza de escuchar, contentar y responsabilizar a todos en su estrategia.
Las referencias a la PAC se incluyen en un apartado titulado “Mantener nuestra calidad de vida: agricultura, seguridad alimentaria, agua y naturaleza”, en el que indica que Europa necesita un suministro seguro y asequible de alimentos locales de calidad, que se produzcan de forma social y medioambientalmente sostenible, que ofrezca a los agricultores unos ingresos justos y suficientes, garantice la competitividad a largo plazo de la agricultura europea, y respete y proteja nuestro entorno natural. Asimismo, señala que la gestión sostenible del agua es uno de los mayores desafíos a los que nos enfrentamos en relación con el impacto del cambio climático.
Al hilo de los comentarios anteriores, ¿qué podemos destacar de la comunicación sobre el nuevo marco financiero plurianual? Una primera conclusión es que la Comisión plantea un nuevo orden de prioridades y la PAC de nuevo puede perder protagonismo y ser relegada. Así, destaca que es necesario:
- Modernizar la parte de ingresos del presupuesto de la UE para abordar el reembolso del fondo Next Generation EU del actual periodo.
- Aumentar y optimizar la financiación para la defensa en toda la UE. Europa necesitará gastar más, gastar mejor y gastar juntos.
- Ayudar a abordar los desafíos relacionados con la migración, incluida la protección efectiva de las fronteras exteriores.
- Aumentar el apoyo para preparar la ampliación de los países candidatos, como objetivo político y geoestratégico.
- Respecto de los apoyos a la agricultura, pocas novedades, se remite Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Agricultura y la próxima Visión para la Agricultura y la Alimentación, y señala que, a pesar del apoyo sustancial de la Política Agrícola Común, la renta agrícola por trabajador sigue siendo volátil y significativamente por debajo del salario medio en la economía de la UE (60% en 2023). Remarca el problema del relevo generacional, la incidencia del cambio climático y las cada vez más frecuentes situaciones de crisis.
Si las prioridades de gasto son importantes, no lo es menos la propuesta relacionada con el nuevo enfoque para un presupuesto moderno de la UE. En líneas generales, la CE plantea flexibilizar y supuestamente simplificar el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP), mediante la reducción de medio centenar de programas a solo tres grandes partidas o pilares presupuestarias:
- Un plan para cada país con reformas e inversiones clave, diseñado e implementado en asociación con las autoridades nacionales, regionales y locales (aquí se incluiría la PAC). Sería una ampliación del actual modelo de planes estratégicos y sobre el que surge la preocupación del camino hacia una probable Renacionalización de la PAC.
- En segundo lugar, un Fondo Europeo de Competitividad debería establecer una capacidad de inversión para apoyar sectores estratégicos y tecnologías críticas.
- Un tercer pilar sería una Financiación Renovada de la Acción Exterior.
Cuando estaba finalizando estas líneas, el 14 de febrero “San Valentín”, hemos conocido una filtración no oficial de la próxima comunicación sobre: “La Visión para la Agricultura y la Alimentación”, que el comisario Cristophe Hansen tiene previsto realizar este mes de febrero. Algunos autores califican el documento filtrado como: “Duro en materia de comercio, pero más laxo en materia de PAC”. En mi opinión, de lo filtrado pocas novedades, ideas nuevas o sorpresas.
En todo caso, es el momento de posicionarse, y de responder a la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, que invita todos los europeos a dar su opinión a través de consultas públicas, el panel de ciudadanos o la plataforma de participación.
En este sentido, de forma esquemática y a expensas de conocer las versiones oficiales de algunos documentos sobre las que profundizare en próximos artículos, me permito expresar los ejes principales en los que debe centrarse el debate y la opinión:
- Reclamar un presupuesto para la PAC propio, actualizado y ambicioso, acorde a la importancia de la agricultura y la alimentación como «sector estratégico» para la UE. No se pueden seguir manteniendo las situaciones de reformas anteriores y el mantra de obligar a los agricultores a “Más compromisos con menos presupuesto”, con “un presupuesto congelado donde repartir la tarta entre más beneficiarios”.
- Los Agricultores Profesionales deben ser el centro del debate, dirigiendo las ayudas de forma principal a un modelo de agricultura profesional productiva, viable económica y socialmente, de forma que la actividad sea atractiva y rentable.
- Un PAC más flexible que otorgue una mayor capacidad de decisión al agricultor y ganadero para elegir las prácticas agrarias más adaptadas a sus explotaciones, basadas en el conocimiento, la ciencia, la innovación y las nuevas tecnologías.
(El artículo ha sido publicado en la web de Asaja Castilla y León)
Y además muchos de estos profesionales están cobrando su jubilación y la agricultura la tienen a nombre de la mujer o han incorporado a la hija, que no tiene nómina, pero que no tiene ninguna intención de aparecer por el pueblo hasta las fiestas, solo está empadronada en el pueblo los 5 años de incorporación y ya está.
Mientras tanto tractores y todo-terrenos a toda pastilla a cuenta de los impuestos de todos, pobrecitos
Estimado colega:
Pocas personas habrá en España con un conocimiento más profundo del mundo de la PAC.
Sin embargo, además de buen ingeniero y gestor, seguro que no vives ajeno al día a día de nuestros pueblos.
Por eso me parece injusto el trato que siempre propone para el agricultor profesional, que para Vd. no es otro que el hijo del rico. Sabe Vd. de sobra que ese modelo que usted insistententemente defiende es el contario de el que funciona en Europa. En mi pueblo, por ejemplo, hoy 10 de marzo aún no han llegado de Valladolid los «profesionales» (ninguno vive aquí) y si en vez de llevar 400 ha cada uno llevasen 800 ha menos todavía.
Gente que lo único que tiene de profesional es el capital y las naves heredadas a los que usted quiere blindar frente a otro que ya puede ser agrónomo pero tuvo la mala suerte de nacer en la familia equivocada, tener muchos hermanos o no tener tíos solteros.