La empresa Caviar de Riofrío, ubicada en Loja (Granada) y que produce el primer caviar ecológico certificado del mundo, mantiene su apuesta por este exclusivo producto que ha registrado una «excelente» producción en primavera y se reinventa ante la covid para esquivar el perjuicio del cierre de restaurantes.

Esta firma referente mundial en caviar fue fundada en los años 70, presentó en 2015 un concurso voluntario de acreedores y volvió a ser una propiedad española con la sociedad Riofrío 1963, una renovación de la empresa que ha afrontado la crisis sanitaria con alternativas para garantizar su viabilidad.

Su consejero delegado, Carlos Cadenas, ha explicado a Efe que la crisis sanitaria ha afectado a la firma, que presentó un ERTE en marzo para garantizar la seguridad de su plantilla, aunque la medida se mantuvo solo mes y medio por la respuesta de los trabajadores.

«La producción de primavera ha sido excepcional y ya trabajamos en la de otoño», ha adelantado Cadenas, que espera cerrar el año con una producción de 750 kilos de caviar, en una apuesta por un crecimiento progresivo que permita alcanzar en un año las dos toneladasde caviar ecológico certificado y subir hasta las cinco, pero sin prisas.

«No es una industria para impacientes, las hembras tienen que crecer a su ritmo y aquí no se engordan ni se acelera su crecimiento porque la vida no se puede acelerar», ha apuntado el consejero delegado de la firma, que ha añadido que podrían producir más «pero no sería mejor».

La piscifactoría ubicada en Riofrío, un enclave de unos 400 vecinos afamado por sus truchas, está a pocos metros del nacimiento del río del mismo nombre, lo que ofrece una calidad de agua que permite obtener un caviar considerado uno de los mejores del mundo.

«Granada debe decir con orgullo que tiene el mejor caviar del mundo», ha apuntado Cadenas, que ha recordado que los peces que producen este producto viven en agua de tal calidad que se embotella y se vende, y eso se filtra en el sabor de la hueva, que se obtiene sin rotación ni engorde y con la salinidad que aporta el Río Salado, también cerca de la piscifactoría.

«CUANDO EL CLIENTE VE EL PROCESO Y EL TIEMPO QUE HAY QUE ESPERAR PARA OBTENER ESTE CAVIAR, COMPRENDE QUE HAYA QUE PAGAR 2.500 EUROS POR KILO»

Con la crisis económica, el estado de alarma y el cierre de restaurante, la empresa ha cambiado el tipo de clientela, antes centrada en chef, restaurantes con Estrella Michelín y hoteles de cinco estrellas, y ha llevado el producto al cliente particular.

La empresa ha ofrecido experiencias online, catas para que clientes guiados por expertos pudieran conocer los tipos de caviar, cómo comprarlo, degustarlo o maridarlo, y mantener un nivel de ventas que permitirá facturar un millón de euros este año.

Riofrío ofrece, además, visitas a sus instalaciones para que el cliente vea la piscifactoría, conozca de la mano de sus cuatro biólogos el esturión desde pequeño hasta que es una hembra adulta y descubra que el caviar ecológico certificado se comercializa «sin manipulaciones».

«Cuando el cliente ve el proceso y el tiempo que hay que esperar para obtener este caviar, comprende que haya que pagar 2.500 euros por kilo», ha explicado su responsable, que compara este «pequeño lujo» con otros productos como el azafrán.

Tras superar el concurso y dos años con ventas casi nulas, la empresa ha recuperado mercado y presencia en Europa y Estados Unidos, especialmente en zonas en las que se valora el sello de ecológico que da a su producto ventaja sobre los competidores.

El reto de la firma ahora es consolidarse en España como el caviar ecológico certificado más consumido y mantener la expansión internacional de un producto que se valora más fuera que dentro del país, para lo que será clave la temporada alta concentrada desde ahora y hasta Navidad.

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