La directora general de Industria de la Generalitat, Matilde Villarroya, se ha mostrado este miércoles 12 pesimista respecto a la opción de que el Govern consiga convencer al grupo Agrolimen para dar marcha atrás a cerrar la planta de Gallina Blanca en Sant Joan Despí (Barcelona) y trasladarla a Huesca.

En declaraciones a los periodistas, Villarroya ha asegurado que el Govern está siguiendo este posible cierre y el traslado de la planta a Huesca y que se ha puesto en contacto con el grupo empresarial, aunque es escéptica respecto al resultado de estas gestiones.

«Ellos no se han puesto en contacto con nosotros. Hemos sido nosotros al conocer el problema», ha señalado Villarroya, que cree que el traslado a Huesca responde a «una decisión estratégica» de los propietarios de Gallina Blanca, por lo que podría ser «irreversible».

Respecto a los posibles incentivos que haya podido ofrecer Huesca a Agroalimen, la directora general ha asegurado que la Generalitat no puede competir con ellos porque no dispone de este tipo de ayudas presupuestarias. «Este tipo de ayudas no entran dentro de la política industrial del país», ha dicho.

El grupo Agrolimen anunció la pasada semana al comité de empresa el cierre de la planta de Gallina Blanca de Sant Joan Despí (Barcelona) y el traslado de la producción a Huesca.

Los sindicatos aseguran que el traslado se debe a una futura recalificación de los terrenos donde está ahora la factoría, que emplea a 70 personas, y denuncian la existencia de una «operación inmobiliaria puramente especulativa».

El sindicato ha exigido a la dirección de Agrolimen que reconsidere esta decisión y mantenga el proyecto industrial en Sant Joan Despí y todo el empleo.

Cabe recordar que el pasado año, ante las posibles consecuencias de una declaración de independencia de Cataluña, varias empresas plantearon su marcha de esta Comunidad Autónoma, con Freixenet y Codorníu como las más enblemáticas del sector agroalimentario.

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