EFE.- Según científicos de las universidades de Oxford y Amsterdam, la carne creada artificialmente reduciría los gases invernadero en hasta un 96 por ciento en comparación con la carne equivalente de producción natural.

Ese proceso requeriría entre un 7 y un 45 por ciento menos energía que el mismo volumen de carne producida convencionalmente y podría conseguirse que requiriera sólo uno 1 por ciento de la tierra y un 4 por ciento del agua asociada a la carne tradicional.

"El impacto medioambiental de la carne así producida sería muy inferior al de la carne producida de modo convencional", dijo Hanna Tuomisto, investigadora de la Universidad de Oxford que dirigió el estudio.

En declaraciones al diario The Guardian, la científica explica que no se trata de reemplazar totalmente la carne "convencional", pero sí que podría ser parte de la solución para alimentar a la población creciente del planeta y ahorrar tanto energía como agua.

La proteína de origen animal forma una parte creciente de la dieta mundial debido a que millones de personas en las llamadas economías emergentes pueden permitirse comprar más carne en su vida diaria.

Ello genera sin embargo una enorme presión al alza sobre el precio de los cereales, contribuye a la deforestación creciente del Amazonas, disminuye los recursos hídricos y hace que países como China se dediquen a comprar tierras agrícolas en otros más pobres.

Tuomisto cree que si se invierte más en la investigación de la carne producida en laboratorio, la primera carne artificial podría llegar al mercado en un plazo de cinco años, comenzando por el equivalente de la carne picada hasta llegar a texturas como la de los filetes.

Algunos grupos como el llamado People for the Ethical Treatment of Animals, que aboga por el tratamiento "ético" de los animales, está contribuyendo a financiar esas nuevas investigaciones.

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