En los últimos diez años se han producido cambios sustanciales en los censos ganaderos de las principales especies que se explotan en la provincia de León, según datos recabados y estudiados por la organización agraria ASAJA. Con datos tomados de las encuestas ganaderas que encarga semestralmente el Ministerio de Agricultura, el censo de ganado vacuno ha crecido un 31,4% en una década, al pasar de los 115.683 animales en el año 2011, a los 152.026 en el año 2021. Otro sector que ha experimentado un crecimiento importante es el del porcino, pasando de 81.348 cabezas en el censo de noviembre de 2011 a 98.763 cabezas en el censo de noviembre de 2021 (equivalente a una capacidad de producción de 180.000 cerdos al año), lo que supone un 21,4% más.

Otro sector ganadero que ha aumentado los censos es el del equino en extensivo de razas cárnicas y sus cruces. Los censos actuales están en el entorno a los 11.350 animales de los cuales 6.100 son hembras de vientre (reproductoras). También ha crecido de forma muy importante el censo de pollos de carne, situado en 1,2 millones (equivalente a una capacidad de producción de 7,1 millones de pollos al año).

En el lado opuesto se sitúan las ganaderías de ovino y caprino. En el caprino, en el mismo periodo analizado, los censos han pasado de las 38.165 cabezas a 25.779, por lo tanto una reducción del 32,45%. Respecto al ganado ovino, mientras que en noviembre de 2011 el censo era de 496.038 animales, en noviembre de 2021 había caído a 395.324, lo que significa un 20,30% menos.

En opinión de ASAJA los motivos del movimiento de los censos ganaderos están relacionados con dos factores: la rentabilidad económica y la calidad de vida del dueño del negocio. Es precisamente esto último lo que más ha pesado en la reducción del número de cabezas de ganado ovino y caprino, ya que a la dedicación amplia que exige la actividad ganadera, se suma la labor de pastoreo propia de las explotaciones de ovino y de caprino de aptitud cárnica, un oficio para el que no hay “vocaciones”.

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