El Profesor Luis Cisneros-Zevallos, que ha dedicado toda su vida a la investigación de frutas y hortalizas en diversas universidades estadounidenses, reconoce que es fundamental trabajar para inculcar en la sociedad la comida saludable y acabar con la comida basura o ‘fast-food’, que es tan perjudicial para los consumidores, y que está enquistada en el gran consumo de Estados Unidos. Está considerado uno de los investigadores más prestigiosos a nivel mundial en el sector hortofrutícola y un referente en la aplicación de los productos hortofrutícolas para combatir enfermedades diversas como el alzhéimer o el cáncer. Cisneros ha sido Invitado del Foro Innowa, en la pasada edición de FAME INNOWA-Feria de Innovación Tecnológica y Agronegocios del Mediterráneo, que se ha celebrado recientemente en IFEPA, Torre Pacheco.

– ¿Cuáles son las alternativas que tiene el sector hortofrutícola más allá del producto fresco?

– Las frutas y hortalizas en fresco además tener un valor muy importante para el consumidor, en cuanto a proporcionar una vida saludable, también es una fuente de compuestos bioactivos, que pueden promover la salud. Hay un mercado alternativo más allá del producto fresco, que justamente está en la búsqueda de estos productos, ya que hay un mercado de alimentos funcionales, suplementos dietéticos, cosméticos, agroquímicos y farmacéuticos, pues es un gran mercado que mueve millones dólares y, que buscan algo muy particular, para ser más competitivos con sus consumidores.

– ¿Es consciente el sector agroalimentario de estas alternativas?

– El productor no ha considerado o no conoce las alternativas que ofrece el sector agroalimentario, más allá de la comercialización en fresco, pues parte la misión que yo tengo es darles a entender la utilidad que tienen los productos hortofrutícolas, y que estos compuestos se pueden incrementar en el campo a través de la post-cosecha, y de una forma estratégica aplicando herramientas de marketing pueden potenciarse los mercados indicados anteriormente.

– ¿Cuáles son las frutas y hortalizas que mejor se adaptan a estos mercados?

– Potencialmente todos los productos hortofrutícolas, pues hay que tener en cuenta que tanto tomates, brócoli, zanahorias, pues todos tienen unas propiedades que hemos estudiados y que son anticancerígenas, contra la obesidad, combaten la diabetes, el alzhéimer, etcétera. Cada vegetal y la mezcla de vegetales, es una herramienta muy poderosa para combatir muchas enfermedades.

En mi laboratorio en Estados Unidos, he trabajado con células humanas, con animales y a nivel molecular para determinar cómo están actuando los compuestos químicos en las células, cómo se regulan y cuáles son sus proteínas.

– En uva de mesa, hay un componente que es el resveratrol cuyas propiedades son anticancerígenas, ¿Es también uno de los productos en los que ha realizado investigaciones?

– Sí, estoy al tanto de las investigaciones que se han realizado con este producto, incluso aquí en Murcia , pues es muy fascinante ya que la uva que contiene este compuesto si se maneja adecuadamente puede acumular esos compuestos a niveles más altos de lo normal. Cuando se trabaja en esta línea podemos obtener una uva con más resveratrol, y se está dando al consumidor un producto formidable, muy saludable, para poder combatir esta enfermedad.

– ¿Consumir frutas y verduras es sinónimo de salud y bienestar?

– Sí, por supuesto. El consumidor es consciente de que las frutas y verduras ofrecen una vida muy saludable y aportan mucha energía, y en los tiempos que vivimos, el consumo de productos hortofrutícolas aporta muchas vitaminas, energía y son productos fantásticos para combatir muchas enfermedades.

– A pesar del crecimiento de la denominada comida basura las frutas y hortalizas sigue creciendo, en su opinión ¿siguen estando por detrás de la comida basura?

En Estados Unidos, hay un movimiento silencioso que llamamos ‘revolución silenciosa’, que está calando poco a poco debido a los medios de comunicación e internet, y trae consigo que el consumidor es más consciente de los perjuicios de la comida basura, aunque  como contrapartida hay que reconocer que los índices de enfermedades crónicas en la sociedad están en aumentos. En EE.UU. se estima que entre un 35 – 40% de la población tiene sobrepeso o tiene obesidad, y eso  está asociado a enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades cardiovasculares, tumores, etcétera. Y, esa es la gran contradicción, pues la sociedad es consciente de la importancia del consumo de frutas y verduras, pero lamentablemente las cifras nos indican que no es así.

La cultura y alimentación mediterránea está asociado a un estilo de vida saludable, pero ¿es más algo teórico que algo práctico?

– Sí, efectivamente. Viajo mucho a Europa y a España, y la comida a base de tapas que es muy saludable y el consumidor a veces desconoce sus grandes beneficios. En Estados Unidos, que es una nación con solamente doscientos años, en comparación con Sudamérica o Europa que son naciones milenarias, y como no tenemos una cultura de comer bien es muy difícil tener esos hábitos, pues se han aprendido de los padres y abuelos. La comida chatarra o “fast-food” está enquistado en nuestra sociedad americana y hay que potenciar el aceite de oliva y la ensalada, pues hace falta una cultura alimenticia más natural.

¿Los productos orgánicos o ecológicos tienen un gran futuro en la sociedad a nivel mundial?

– Estamos plenamente convencidos de que los productos que se obtienen de la agricultura ecológica o también orgánica es muy enriquecedora, y está creciendo rápidamente, ya que el consumidor quiere vivir de forma muy sana, y por ello, se va a seguir creciendo muchísimo tanto en Europa como en Estados Unidos. Hay que reconocer que va avanzando de forma lenta pero segura, y cada vez con mayor intensidad debido a la apuesta en marketing, promoción y comunicación que están realizando los ´´actores” que intervienen en este sector.

(Texto: Francisco Seva / Periodista agroalimentario)

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