La producción de arroz de Europa, que actualmente abastece las dos terceras partes del arroz consumido en el continente, está amenazada por los efectos del cambio climático, como pasa en otros cultivos. Por eso, ya se están buscando nuevas variedades de arroz capaces de luchar contra el caracol manzana y los efectos de este cambio climático sobre este cultivo.

El proyecto NEURICE (New commercial EUropean RICE), coordinado por la Universidad de Barcelona, y donde participan el IRTA, el CRAG, la cooperativa catalana Càmara Arrossera del Montsià y la empresa de ingeniería IRIS, entre otros socios europeos, quiere conseguir nuevas variedades de arroz tolerantes a la salinidad.

De esta forma se obtendrán variedades de arroz europeas adaptadas a las nuevas condiciones que permitirán seguir cultivando sin perder productividad y mantener el impacto positivo medioambiental, paisajístico y socioeconómico de esta actividad.

El proyecto promueve la investigación colaborativa entre expertos de varios campos: biotecnología, fisiología vegetal, desarrollo agronómico, electrofisiología y señalización celular y sistemas de control de salinidad.

En la zona del mediterráneo, el cambio climático provoca un incremento de las temperaturas y períodos de sequía más frecuentes y severos que perjudican la calidad del agua y el caudal de los ríos. Estos efectos aumentan la salinidad del suelo, que afecta de forma negativa la productividad de los cultivos.
El cambio climático provoca también la elevación del nivel del mar e incrementa más la salinidad de las zonas costeras, deltas y desembocaduras de las zonas donde se cultiva arroz. Es por lo tanto, una amenaza que pone al sector arrocero de la mediterránea en peligro de desaparición.
(Fuente: Phytoma.com)
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