Fulgencio Fernández Buendía / Presidente del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios y Académico de número de la Academia de Ciencias Veterinaria de Murcia

Con el paso del tiempo, la sociedad española, ha experimentado un cambio notable en la responsabilidad que se desprende de la relación entre las personas y los animales domésticos en su conjunto. Dicho cambio se ha manifestado en todas las especies domésticas, pero lo ha hecho con especial fuerza entre los animales de compañía, probablemente los más cercanos en la convivencia cotidiana con el ser humano y con los que se establecen lazos de carácter afectivo. Esta relación determina que los comportamientos de maltrato adquieran una dimensión muy particular en este sector animal.

El cambio de consideración de los animales domésticos dentro de nuestro entorno, es el fruto de múltiples factores,  entre los que destacan: la evolución de los principios éticos y morales dentro de nuestra sociedad; los avances y desarrollos tecnológicos en general y, en particular, los  aplicados a la sanidad animal;  la evolución y desarrollo de los medios de comunicación facilitando la difusión de las noticias y pensamientos (internet, redes sociales, televisión, prensa, etc.); el “aprovechamiento” de los animales en beneficio de las personas (sociales, sanitarios, científicos, dietéticos, etc.);  los cambios políticos y legislativos en materia de bienestar y protección animal que se han desarrollado creando un marco legal de mayor protección; y, entre algunas de las razones más importantes,  la influencia de las tendencias internacionales en esta materia.

El veterinario juega un papel esencial y fundamental en todos los aspectos relacionados con el bienestar animal y debe tener un incuestionable papel de liderazgo. La sociedad demanda un criterio objetivo, que se encarna en el veterinario, capaz de conjugar todos los elementos que intervienen en el bienestar animal a partir de unas bases científicas (aspectos éticos, económicos, culturales, sociales, religiosos y políticos) que permitan establecer criterios objetivos y fundamentados. Ello permitirá dispensar a los animales las mejores atenciones posibles, estableciendo una serie de principios básicos relativos a la protección de los animales. Avances notables que se han reflejado en todos los animales en las granjas, en su transporte e incluso en su sacrificio. Extendiéndose a los animales utilizados en experimentación y otros fines científicos y a los animales de compañía.

Sin embargo, la condición humana, como en otras áreas de nuestra convivencia, ha desarrollado algunos comportamientos injustificables, delictivos, derivados de la relación directa con los animales, dando lugar a lo que, en la actualidad se conoce como crueldad o maltrato animal

Entendemos por maltrato animal, las formas de comportamiento humano antagónicas al bienestar animal y que generan daños y sufrimientos, físicos o psicológicos, injustificados, tanto por la concurrencia activa como omisiva del ser humano. En la actualidad, la lucha contra el maltrato animal se ha constituido como un elemento esencial de análisis y estudio, con la finalidad de erradicarlo de nuestra sociedad. Sin duda, en estos momentos constituye una acción prioritaria en esta materia, la participación y el concurso del veterinario, como único especialista capaz de identificar y diagnosticar adecuadamente las distintas formas de presentación del maltrato animal, así como de atender las terribles consecuencias que se derivan en los animales afectados por estas formas de actuación.

Una de las conclusiones de la Jornada sobre el maltrato animal celebradas en Murcia el pasado junio, manifiesta la implicación de nuestro colectivo, asumiendo el   Colegio Oficial de Veterinarios de Murcia la función de liderazgo en la lucha frente al maltrato animal promoviendo la creación de un Observatorio sobre el  maltrato animal, donde se recojan las acciones puestas en marcha por los distintos agentes o estamentos implicados (fiscalía, fuerzas y cuerpos de seguridad, universidad, asociaciones protectoras de animales, etc.),  se analicen de forma científica, objetiva e independiente sus resultados y se propongan medias correctoras oportunas y el establecimiento de estrategias.

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