Azucarera ha conseguido que el culivo de la remolacha regrese a la provincia de Palencia gracias a sus contratos de integración, mediante los que alcanza acuerdos con los agricultores para cultivar la raíz de forma conjunta.

El contrato se ajusta a las condiciones concretas de cada productor y cada explotación, de modo que se diseña un ‘traje a medida’ «que supone beneficios para ambas partes y hace de la remolacha una opción atractiva, minimizando los riesgos», según la empresa.

Un agricultor pionero en esta forma de trabajar es Pedro González, que siembra remolacha desde 2012 en otras comarcas de Castilla y León. Hasta ahora no se había animado a hacerlo en Palencia, una provincia que prácticamente ha visto desaparecer el cultivo desde que cerraron las molturadoras de Venta de Baños, en 1998, y Monzón de Campos, en 2003.

A finales de febrero sembró 20 hectáreas de remolacha entre los municipios de Villoldo y Carrión de los Condes, “una zona de altas producciones, con un suelo de calidad y un clima especialmente apto para este cultivo; es más húmedo y tiene un verano menos caluroso que otras zonas de remolacha, como la provincia de Ávila o el sur de Valladolid”, recalca.

González espera obtener rentabilidad este año, que ha empezado con buen pie: con una siembra temprana, que siempre se traduce en una mayor producción, y con agua suficiente para el riego. “Los gastos se reparten entre las dos partes y Azucarera, además de cubrir el riesgo agronómico, garantiza al agricultor una parte de la producción a partir de un rendimiento determinado; de este modo, la rentabilidad está garantizada”, señala.

Los técnicos de la compañía estuvieron presentes en la siembra y harán un seguimiento a lo largo de todo el ciclo de cultivo, lo que aporta tranquilidad al productor después de tantos años sin ver remolacha por estos lares. Esta circunstancia, además, es una ventaja para González, que ha analizado los suelos y ha comprobado las cualidades de la tierra, pero sobre todo que está libre de los problemas sanitarios que tantas veces aquejan a las zonas que producen la raíz desde hace décadas.

Los contratos de integración de Azucarera están presentes en diferentes comarcas de Castilla y León, además de en provincias como Navarra. Muchas de estas zonas entregan la raíz en la planta de Miranda de Ebro, que de esta forma ve garantizada su continuidad. La molturadora también recibe la remolacha del norte de Burgos, Álava y La Rioja.

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