Los ganaderos de vacuno llevan al menos un cuatrienio obligados a vender a pérdidas su producción láctea al primer comprador, lo que supone un incumplimiento sistemático de la Ley de la Cadena Alimentaria, que prohíbe expresamente esta práctica. Este hecho se desprende del contraste que ha efectuado ASAJA Palencia entre los precios de venta que constan en las declaraciones de entrega y los datos del reciente ‘Estudio de coste de producción de la leche de vaca en Castilla y León’.

Este documento, encargado por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León a la Universidad de Valladolid, recoge un detallado análisis de los crecientes costes de producción que soportan los ganaderos de vacuno de leche en los últimos años, que han aumentado el 63% desde 2019, según este informe. Sin embargo, los precios medios de entrega que constan en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación revelan que el precio de venta apenas ha crecido el 45% en el periodo 2019-2022.

Esta situación está ahogando a las explotaciones de vacuno de leche, por lo que ASAJA Palencia reclama al Ministerio «que aplique los mecanismos necesarios para que el sector reciba un precio que garantice la viabilidad económica de las explotaciones, y se detenga el sangrante desmantelamiento que están viviendo unos productores obligados de manera casi sistemática a vender por debajo del precio de coste».

Sobre la  Ley de la Cadena no parece que la situación haya cambiado tras la modificación de la ley aprobada a finales de 2021 que, además de incorporar a nuestra normativa la Directiva (UE) 2019/633, relativa a las prácticas comerciales desleales en las relaciones entre empresas en la cadena de suministro agrícola y alimentario, reformó el marco regulatorio nacional en un intento de conseguir un mayor equilibrio y transparencia en las relaciones comerciales de la cadena alimentaria. En todo caso, en la primera venta de un productor primario al siguiente operador de la cadena, el precio que se establezca debe ser obligatoriamente superior al total del coste de producción asumido por el productor. Este es uno de los aspectos principales de la ley que debe respetarse en todos los contratos, según recalca el Ministerio.

LOS PRECIOS EN ORIGEN HAN SUBIDO ALREDEDOR DEL 45% EN LOS ÚLTIMOS CUATRO AÑOS PERO LOS COSTES QUE SOPORTAN LOS GANADEROS RONDAN EL 63%

El caso de los ganaderos de vacuno lácteo, sin embargo, resulta más grave que el de otros sectores, en la medida en que no pueden almacenar su producción, sino que la entregan prácticamente a diario. Los precios medios de venta a los primeros compradores, según las declaraciones de entregas que constan en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, han subido alrededor del 45% en los últimos cuatro años. Los datos oficiales del MAPA revelan que han pasado de los casi 33 euros que percibían los ganaderos por los 100 kilos de leche cruda (32,92 €) a los casi 48 euros de promedio del pasado año (47,86 €).

Sin embargo, ese aumento no cubre, ni mucho menos, el aumento que se ha registrado los últimos años en los costes que soportan los ganaderos, unas subidas que rondan el 63% desde 2019 hasta la actualidad. Así se desprende del resumen ejecutivo del Estudio de costes de producción de la leche de vaca en Castilla y León, elaborado por encargo de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Rural de la Junta, y que firman los doctores Carlos Gregorio Hernández Díaz-Ambrona, profesor del Departamento de Producción Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid; y Esther Muñiz Espada, catedrática de Derecho Civil de la universidad vallisoletana.

Así, según este documento, el coste medio anual de la producción de leche de vaca en esta comunidad ya supera en lo que va de año los 58 euros, mientras en 2019 no llegaba  a 36 euros, calculados por centenar de kilos de leche SCM (es decir, la llamada leche sólida corregida con el 4% de grasa y el 3,3% de proteína). Este aumento de los costes ronda el 63% en el periodo 2019-2023, pero se da la circunstancia de que la diferencia entre el precio de venta recibido y esos costes, fruto de la rampante inflación, lejos de irse corrigiendo con el paso del tiempo, ha ido en aumento en los últimos años.

De hecho, si en 2019 —al inicio del periodo analizado por ASAJA-Palencia a la luz de ese reciente estudio de costes— podría concluirse que los ganaderos percibieron un precio el 8% inferior a los costes soportados, en el pasado ejercicio de 2022 esa diferencia rondaba el 9,5% y en 2021 se aproximó al 13% menor al del coste medio de producción. Estos datos concluyentes no sorprenderán a unos ganaderos de vacuno de leche cada vez más preocupados por la viabilidad económica de sus explotaciones, en este contexto de alza sostenida de los precios de los insumos, que no pueden repercutir en sus precios de venta (al contrario, la industria presiona últimamente para recortar todavía más el precio que ofrece, con la lógica reacción de protesta de los ganaderos).

TODOS LOS COSTES HAN SUBIDO

El mencionado estudio de los doctores Hernández y Muñiz subraya «el aumento continuo de costes desde finales de 2021 hasta la última fecha de cálculo en 2023 [24 de abril], debido al aumento de todas las partidas, principalmente el incremento de los precios de la alimentación (granos y forrajes), el aumento de los costes salariales, el incremento del coste de la energía y el incremento de los costes financieros».

Según el informe, el mayor aumento internanual se registró en 2022. Si bien en lo que va de año 2023 se ha contenido el precio de la energía, la partida de alimentación sigue preocupando al sector, ya que representa prácticamente siete de cada diez euros de los costes. En concreto, el 71%, como revela el documento, a gran distancia de los costes salariales, que suponen alrededor del 7% del total.

Si alimentar al ganado para producir 100 kilos de leche SCM supuso unos 24,2 euros para el ganadero de Castilla y León en 2021, actualmente supera los 41 euros. Con una sequía que mermará de modo considerable la producción de grano, forrajes y paja, el capítulo de alimentación —más de dos tercios del total de costes— está llamado a seguir aumentando. La actual preocupación de los ganaderos está harto justificada.

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