El presidente de Aragón, Jorge Azcón, ha defendido la necesidad de realizar «modificaciones sustanciales» en el nuevo Real Decreto de bienestar animal del porcino por considerar que tendría «consecuencias muy dañinas para el sector», pese a ver bien la moratoria de un año aprobada por el MAPA.

«Me consta que el eurodiputado aragonés Borja Jiménez Larraz está trabajando seriamente para que algunos de las artículos que tiene ese reglamento se puedan ver modificados», ha declarado a los medios antes de participar en la inauguración de la 17ª edición de la Feria internacional para la Producción Animal (FIGAN), que se celebra hasta este jueves en Zaragoza.

Una feria que cree que también es «importante» para apoyar la reivindicación, en este caso la modificación de dicho reglamento, para el que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha aprobado una moratoria de un año, a su juicio, «fruto de la presión del trabajo» que han hecho desde las comunidades autónomas, especialmente desde el trabajo que han hecho «por Aragón, para que se apruebe no solamente esa moratoria, sino para que ese reglamento, que es un disparate en muchas de los artículos que establece, tenga cambios importantes».

«DESDE LAS ADMINISTRACIONES, ESPECIALMENTE DESDE EUROPA Y DESDE EL MINISTERIO, LAS POLÍTICAS LO QUE TIENEN QUE HACER ES AYUDARLES, NO PONERLES MÁS IMPEDIMENTOS»

Según Azcón, dicha normativa establece una reducción de 14% de las plazas en las granjas que implicaría que una con 2.000 cabezas perdería 250 plazas, «lo cual tendría un impacto económico en muchos de los casos que sería desastroso» y, en muchos casos, las haría «inviables».

También ha cuestionado la prohibición del transporte de animales cuando la temperatura supere los 30°.

Para el presidente de Aragón son «dificultades» que las políticas europeas les están trasladando a los ganaderos, que «no tienen sentido», y aunque se haya aprobado una moratoria hasta marzo del 2026 «hay que seguir trabajando» para que Europa y el Ministerio, ha dicho, sean «conscientes es de las dificultades que tiene la ganadería».

«Desde las administraciones, especialmente desde Europa y desde el Ministerio, las políticas lo que tienen que hacer es ayudarles, no ponerles más impedimentos», ha insistido al tiempo que ha advertido que «las reglas del juego no se pueden cambiar a mitad de partido» porque «si hay granjas que tienen un número de plazas y ese número de plazas lleva consigo un plan económico, es evidente que lo que no se puede hacer es reducir el número de plazas en esas granjas para hundir al ganadero que ha arriesgado, que ha tratado de emprender y poner esa granja en funcionamiento».

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