El Presidente de Aragón, Javier Lambán, ha avanzado que existe un calendario muy cerrado sobre las actuaciones que se llevarán a cabo para desarrollar definitivamente los regadíos de Sarrión, que ha modificado la idea original y que ahora pasa por emprender desde la administración el conjunto de obras necesarias, aunque la financiación sea al 50%.

“Quiero tranquilizar a todos los productores porque ahora sí estamos muy cerca de terminar el proceso y los beneficios del regadío de Sarrión trascienden los del propio territorio en el que se van a crear, haciendo que todo Aragón se beneficie del impulso que se va a dar a uno de sus productos más emblemáticos”, ha añadido Lambán  durante su visita a Fitruf, la feria monográfica de la trufa que abría las puertas de su decimosétima edición.

El Consejo de Gobierno del pasado 25 de noviembre, aprobó una dotación en plurianual hasta 2021 por importe ocho millones de euros, con financiación del Programa de Desarrollo Rural de Aragón para hacer frente a la obra que tiene un presupuesto total de 16 millones.

Se trata de un proyecto de interés medioambiental porque evitará la proliferación de pozos e iniciativas individuales

Tras un cambio en la idea inicial de ejecución y tras reunirse con los regantes de Sarrión el pasado mes de octubre, la administración autonómica se responsabiliza del procedimiento de licitación (contrato complejo de regulación armonizada) de la dirección de obra, de la coordinación de seguridad y salud y del seguimiento ambiental. Posteriormente, hará entrega de la misma a la Comunidad de Regantes. Por su parte, los regantes, no tienen que anticipar todo el montante de la inversión, para luego poder recibir la subvención, sino que únicamente tendrán que aportar su 50%.

El proyecto revisado sobre las parcelas definitivas descritas, dará inicio a su exposición pública en el mes de abril de 2018, así como de las superficies a expropiar, pudiéndose licitar las obras en agosto de 2018 y dar comienzo a las obras en noviembre del próximo año.

Javier Lambán ha hecho hincapié en que se trata de un proyecto de interés medioambiental porque evitará la proliferación de pozos e iniciativas individuales y, en este sentido, está también muy bien visto por la Confederación Hidrográfica del Júcar, cuenca a la que pertenece la zona regable.

En principio, estaba prevista la puesta en marcha de riego para 848,98 hectáreas, distribuidas en 1170 parcelas con una dotación de 900 m3/ha, lo que supone un consumo total de 764.082 m3 al año. El objetivo es la producción de trufa sobre superficies forestadas pertenecientes a un total de 157 regantes, si bien este número puede variar finalmente.

Las obras necesarias para esta transformación en regadío contenidas en el proyecto consisten en el bombeo de agua de 3 pozos ya construidos a dos balsas de acumulación (60.000 y 10.000 m3, respectivamente) desde las que se rebombea a distintas alturas.

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