Ante la Cumbre Mundial del Clima COP27, UPA ha pedido poner la agricultura y ganadería familiar en el centro de los sistemas alimentarios para hacer frente al calentamiento global, defendiendo que «no somos el problema, somos la solución al cambio climático«.

El modelo familiar de producción de alimentos, estrechamente vinculado al territorio, y base de la agricultura y la ganadería en España debe estar en el centro de las políticas, las estrategias y los presupuestos del sistema agroalimentario mundial. Es lo que afirma la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos en relación con la Cumbre COP27 que acaba de comenzar en Egipto.

UPA defiende que la agricultura y ganadería familiar, basada en granjas de pequeña y mediana dimensión, y gestionada por familias que viven y trabajan en sus pueblos, es el sistema más sostenible, más resiliente y que permite afrontar con mayores garantías la mitigación y la adaptación al cambio climático.

“La preocupación en el campo es enorme. Vemos como cada año se incrementan las sequías, las olas de calor y los fenómenos extremos en general. Nuestro deseo es seguir produciendo alimentos para toda la sociedad, pero necesitamos apoyo para poder seguir haciéndolo en el futuro”, reconoce el secretario de Relaciones Internacionales de UPA, José Manuel Roche.

UPA ha recordado que el sector productor de alimentos, responsable de una parte menor de las emisiones de gases de efecto invernadero —entre un 12 y un 14%— es un sector estratégico, imprescindible y muy sensible, sobre el que “no caben experimentos, sino políticas muy serias y muy reflexionadas”, aseguran. Las acciones encaminadas a la mitigación se contemplan dentro del PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) y para el sector agrario deben articularse a través de incentivos que ayuden a modificar determinadas prácticas agrícolas y ganaderas.

La clave, para UPA, está “en la formación, asesoramiento y la innovación, nunca debe estarlo en la penalización”. En cuanto a la adaptación al calentamiento global, el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático es un “instrumento vital” para el sector agrario, pero debe reforzarse con más medidas y más presupuesto, más allá del relacionado con los fondos del  Pepac. “Es imprescindible diferenciar las acciones a tener en cuenta en función del modelo de agricultura, apoyando a la agricultura familiar frente a otros modelos de carácter industrial”, asegura la organización agraria.

AGRICULTURA Y GANADERÍA FAMILIAR Y SOSTENIBLE

“La agricultura y la ganadería familiar son sostenibles medioambientalmente hablando, y lo son cada día más, pero debemos trabajar para que lo sean también económica y socialmente”, recuerda desde UPA su responsable internacional, José Manuel Roche. En este sentido, la nueva PAC establece fuertes requisitos medioambientales para los agricultores y ganaderos europeos, unas exigencias de cuidado del medio que tendrán un coste que preocupa a los productores de alimentos, por la dificultad de trasladar dichos costes hacia delante en la cadena agroalimentaria.

“La agricultura y ganadería familiar debe ser viable y rentable para poder ser sostenible. Sin rentabilidad no será posible garantizar la supervivencia del modelo”, remarca la organización agraria. “El compromiso del sector con la sostenibilidad es total, pero no podemos dejar a nadie atrás, y todos los políticos y las políticas deben tener en cuenta esa realidad.”

Mientras en Europa se apuesta todo a la sostenibilidad, y en ocasiones se señala a determinados sectores como responsables del cambio climático, los líderes de países como India, China y Rusia (3.000 millones de habitantes y 17.056 megatoneladas de CO2 emitido al año entre los tres países) ni siquiera asistirán a la COP27. España emitió 231 megatoneladas el año pasado, un 1% de lo que emiten esos tres gigantes

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