El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) quiere aprobar antes de las elecciones del 28 de abril el nuevo real decreto que modifica el actual RD 1049/2003 sobre calidad de la miel, para mejorar la información sobre su origen de las mezclas en las etiquetas de los envases.

El trabajo de fondo ya está hecho, ya que el borrador del proyecto del nuevo real decreto pasó por consulta pública en enero y el Ministerio cuenta por tanto con las alegaciones de todas las organizaciones que integran y representan a los apicultores y a la industria envasadora del sector.

El ministro Luis Planas confirmaba la semana pasada en una entrevista a una televisión regional que su Departamento va a «enviar ahora al Consejo de Estado» el texto normativo definitivo sobre la calidad de la miel.

«No sé cuanto tiempo tendremos, pero mi intención, si es posible, es que antes de las elecciones de final de abril pudiéramos tener el decreto en el Consejo de Ministros», apuntaba Planas, antes de precisar que, «si no es posible», lo dejará «ultimado para hacerlo en el próximo Gobierno».

los apicultores han sido unánimes al advertir de que el cambio propuesto por el Gobierno es «insuficiente», «insatisfactorio» o un «parche»

En diciembre, Agricultura calificaba de «estratégico» al sector apícola, el primero en producción de Europa, al anunciar la revisión de las actuales menciones en los envases con miel de distintos orígenes: mezcla de mieles «de la UE», «no procedentes de la UE» o «procedentes de la UE y no procedentes de la UE», según el caso.

En su borrador, el MAPA proponía la modificación en un artículo único del apartado 5.1.4. de la normativa vigente: «Deberán mencionarse en la etiqueta el país o los países de origen en que la miel haya sido recolectada, en orden decreciente de peso de cada una de las fracciones que la componen».

Los representantes de los apicultores han sido unánimes al advertir de que el cambio propuesto por el Gobierno en el borrador sobre la calidad de la miel es «insuficiente», «insatisfactorio» o un «parche»; mientras, la industria envasadora ha defendido que, de ser necesaria una modificación normativa, Bruselas es quien ha de acometerla.

Ahora solo queda por ver si el Ejecutivo considera en parte las consideraciones de COAG, UPA, Asaja, Cooperativas Agro-alimentarias y la plataforma ‘Etiquetado Claro Ya’, en la que participan la Asociación Española de Apicultores o los sellos de calidad de miel DO Alcarria, DOP Tenerife e IGP Galicia.

Desde UPA han demandado «un etiquetado que permita a los consumidores saberlo todo sobre la calidad de la miel» y Cooperativas reclama que impida que se pueda seguir utilizando la denominación «Origen: China, España» cuando el envase contenga un 99 % de la primera y un 1 % de la segunda.

Un portavoz de ‘Etiquetado Claro Ya’ ha denunciado que de las peticiones de los apicultores el borrador solo incluye la primera: que el consumidor pueda leer de forma clara en las etiquetas el lugar de origen de la miel; 112.000 consumidores apoyan sus tesis a través de change.org.

A su juicio, falta que el envasador informe en la etiqueta del porcentaje de mezclas y si ha sido pasteurizada, ya que de ser así «se pierde trazabilidad al eliminarse el rastro de polen».

COAG, en sus alegaciones al borrador de la calidad de la miel, explicaba que la miel china entraba a la Unión Europea (UE) a un precio medio de 1,53 euros/kilo en 2017, por debajo del precio de producción de la española; y recordaba que un Plan de Control de Mieles europeos concluyó en 2015 que el 20 % de las muestras en frontera no cumplían con la norma comunitaria.

Los envasadores se defieden: «se está creando una alarma tremenda y difundiendo información completamente falsa»,

Desde la patronal de los envasadores (Asemiel-Animpa), su secretaria general, Rebeca Vázquez, ha afirmado a Efeagro que con la miel china «se está creando una alarma tremenda y difundiendo información completamente falsa», ya que «los controles de calidad europeos y españoles son exhaustivos».

También ha rechazado que se pasteurice la miel, ya que lo que se hace es someterla a «un calentamiento muy suave» para quitar impurezas que hay en el medio ambiente, como las «patitas de abeja».

Vázquez ha aclarado que, en España, que hay tres millones de colmenas que producen unas 30.000 t anuales -de ese volumen «las empresas envasadoras compran el 90%»-, exporta cada año 50.000 t, lo que implica que mucha de la miel importada en bidones sale luego envasada del país.

«A los envasadores nos parece perfecto todo lo que sea identificar el origen en el etiquetado, pero ponemos un ‘pero’: que sea una normativa de aplicación europea» para evitar que haya una «competencia desigual» entre las empresas que operan en el mercado de la UE, como ocurrió cuando se legisló en Italia.

(Texto: Angélica Quintana / Efeagro)

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