Los responsables de las organizaciones agrarias y de la industria fitosanitaria han pedido un «replanteamiento» de las políticas de la Unión Europea (UE) y una nueva sanidad vegetal para garantizar la oferta de alimentos ante la crisis global derivada de la guerra en Ucrania.

El escenario mundial es nuevo y «extraordinario, y los productores necesitan «herramientas» para promover la producción de alimentos, según han asegurado el director general de la asociación europea que agrupa a las empresa de fitosanitarios CropLife, Olivier de Matos, y el vicepresidente del Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas (Copa-Cogeca), Pedro Gallardo, durante el diálogo «Agricultura y Sostenibilidad» organizado por Efeagro.

De Matos y Gallardo han abogado por un replanteamiento de las actuales políticas de la Unión Europea (UE) para fomentar la vuelta a una «agricultura sostenible» que dé mayor cabida a la innovación.

«No podemos continuar con el mismo sistema, la covid19 y la guerra han aumentado la tensión en el sector y necesitamos objetivos más realistas (en las políticas de la UE) que reflejen la realidad del campo», ha subrayado el responsable de CropLife.

DEFIENDEN UN RETRASO O UNA RECONSIDERACIÓN DE LA ESTRATEGIA ‘DE LA GRANJA A LA MESA’

Los representantes de la industria y de los agricultores han coincidido en que existen innovaciones agronómicas para potenciar la producción alimentaria a escala mundial, pero falta que la UE ofrezca un marco normativo que facilite su acceso, según han declarado durante el debate, moderado por la directora de Efeagro, Laura Cristóbal.

A la hora de analizar la normativa comunitaria, De Matos y Gallardo han aludido a la necesidad de revisar la aplicación del Pacto Verde Europeo, que incluye estrategias como como la denominada «De la granja a la mesa» que eleva los requisitos ambientales a los agricultores y ganaderos, plantea la reducción del uso de fitosanitarios, el aumento de la superficie dedicada a la producción ecológica e incluso una bajada del consumo de carne.

Han defendido un retraso o una reconsideración de las medidas de dicha estrategia.

Gallardo, también vicepresidente de la organización agraria Asaja, ha explicado que al abordar la sanidad vegetal España es «un laboratorio de plagas», porque en su territorio coexisten varios modelos de agricultura, la mediterránea, la tropical y la continental, y, por ejemplo, no es igual que en países como los escandinavos, donde la producción se centra en tres o cuatro cultivos.

Por ello, las soluciones fitosanitarias que puedan conseguirse en España, ha añadido, servirán en el futuro para otros países europeos que se verán afectados por problemas agronómicos que ya sufren los productores españoles como consecuencia del cambio climático.

Por su parte, De Matos ha mencionado la biotecnología, la agricultura de precisión o la innovación en el ámbito de los pesticidas entre las nuevas herramientas para favorecer una producción alimentaria sostenible.

Los agricultores y la industria han insistido en acelerar la capacidad productiva ante la coyuntura motivada por la guerra en Ucrania, primer productor mundial de girasol, uno de los principales exportadores de cereales y abastecedor importante para España, donde hay déficit de estas materias primas.

Por ello, han opinado que es importante modificar la política sanitaria vegetal en la UE y establecer una nueva que sea «innovadora, sostenible y accesible», de acuerdo con el director de CropLife.

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